lunes, 23 de julio de 2018

No al aborto, sí a la adopción, salvemos las dos vidas.



Permitamos a muchas familias que desean adoptar, que el trámite sea más fácil.
Hay muchos niños que se les pasan los años, en una institución, deseando ser amados y tener un hogar.
¡Defendamos las dos vidas!!
¡Defendamos la familia, defendamos al bebé desde el primer segundo de su concepción, defendamos los derechos del niño/a!
Llegó Lucy…
(De mi libro Ahora sé quién soy Junto a Bellas Historias)
Mi nombre es Victoria, estoy casada hace diecisiete años, tengo dos hijos adolescentes, un bello hogar, un excelente
esposo y una vida por delante para disfrutar; ya que mis hijos están más crecidos, puedo salir un poco más y no preocuparme tanto por los horarios.
Soy una mujer de cuarenta años de edad, deseando tener treinta, pero en fin, así están dadas las cosas.
Una mañana me desperté más temprano que de costumbre, estaba inquieta, sentía que Dios me quería decir algo, pero no entendía qué.
Bajé muy despacio las escaleras para no despertar a nadie, me hice un café y dije:
___OK. Dios, debe ser muy importante para que me despiertes un domingo a las seis de la mañana. Por quién hay qué orar, quién necesita ayuda. Hola, hola, 1, 2, 3 probando. ¿Estás ahí?
Pude escuchar el shssss, pidiéndome silencio en mis oídos, inmediatamente entendí que no había dejado de hablar, por eso Él estaba callado.
Cerré mis ojos y esperé que su presencia descendiera sobre mi vida.
Y Dios me habló. ¡Oh, sí qué lo hizo!
Para mí asombro Él me pidió algo que jamás me hubiese ima-ginado, hasta interiormente pensé: ¡Pero qué desubicado es Dios, cómo me va a pedir eso a mi edad!
¡A quién se le ocurre qué tengo fuerzas y ganas de empezar de nuevo!
Él me estaba pidiendo que adopte a una niñita que sus papás habían abandonado. En un instante mis ojos se llenaron de lágrimas, en mi interior corrían juntos el temor y la alegría. Supe que Dios quería usarnos para salvar y cuidar esa vida. Y esta era nuestra oportunidad para decirle a Dios, sí, donde sea, con quién sea, claro que sí Señor, aquí estamos.
Hablé inmediatamente con mi familia, pero Dios ya había puesto el sentir en sus corazones. En menos de un año, en una tarde preciosa de primavera, llegaba a nuestro hogar la niña más bonita que jamás habíamos visto, llegaba nuestro rayito de sol, nuestra hija del corazón llamada “Lucy”.
Y hoy que pasaron los años, me siento tan feliz al estar todos juntos alrededor de la mesa y poder sonreír y disfrutar en familia. Es como si el sol hubiera entrado a casa el día que Lucy llegó.
Ojalá las puertas de cada hogar de mí país se puedan abrir para poder así recibir a cada Lucy que no tiene a donde ir, que no tiene unos labios que se posen en sus mejillas y la amen por siempre y para siempre.
Siempre estuvimos en el corazón y en los planes de Dios, aún antes de que fueras concebido/a. Él tiene un propósito para tu vida.
Jeremías 1:5 Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado;
Gálatas 1:15 Sin embargo, Dios me había apartado desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia.
Romanos 8:15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!"
¡Qué bueno qué Dios no dudó en adoptarnos como sus hijos, a través de Jesús! Él te ama.
¡Bendiciones!

martes, 17 de julio de 2018

viernes, 6 de julio de 2018

A LA MANERA DE DIOS…



Por el Gonzalo Caloustian - Centro Familiar Cristiano de Martinez- Bs.As. Argentina.


Al comenzar una nueva iglesia buscamos muchas veces, en un estado de casi desesperación, el relato de quienes ya han recorrido un camino y pueden contarnos desde la experiencia. Es así que nuestros oídos intentan retener todo lo oyen.
Es por eso que los primeros tiempos son muy especiales. Estamos llenos de preguntas: ¿Debo orar más? ¿Ayunar más? ¿Qué método es el correcto? ¿Qué hizo tal o cual para que le vaya tan bien? ¿Es unción, más oración, mejor liderazgo? ¿Cómo aplico lo aprendido en el seminario? ¡Cómo no me enseñaron esto! Cada día una pregunta y un desafío nuevo…
Nos hacemos cargo de todo lo que vemos que sucede en la iglesia, de forma tal que hasta cuando alguien se resfría nos surge la pregunta: ¿Me estará faltando fe y por eso se me enferman? Sí, nos sos el único, nos pasa a todos.
Todo eso fue lo que sucedió en mis inicios pastorales. No puedo olvidar estar sentado en el piso del patio de mi nueva casa escuchando una serie de trece casetes de audio y ser abstraído por cada testimonio, camino y milagros que un pastor, ahora de miles, relataba sobre sus inicios.
Fe, fe y más fe era todo lo que mi corazón recibía. Fe para conquistar, para creer, para obrar con sabiduría e inteligencia, para comprar y edificar, fe…
Abrir una nueva Iglesia es emocionante, todo comienza de cero, cada ministerio y área de la iglesia se construye de manera casi artesanal. La tarea al comienzo pasa casi en su mayoría por nuestras manos.
Ahora nuestra nueva iglesia empieza a crecer y se presenta una gran decisión espiritual de las que humanamente no tienen sentido y que vamos a tener que tomar el resto de nuestras vidas, en el resto de nuestro ministerio pastoral: ¿Tenemos que abrir nuevas iglesias? ¿Debo sembrar mis mejores lideres? ¡Nooo! ¡Los necesito!

Pero sabemos que hacer las cosas a la manera de Dios es lo que realmente después trae bendición; y déjenme decir algo ¡DIOS QUIERE QUE PLANTEMOS IGLESIAS!
En el nuevo testamento, Antioquía fue todo un suceso en la historia de la iglesia ¡Los empiezan a llamar cristianos! Una iglesia que le predicaba a todos con un mensaje que restauraba y edificaba, una iglesia en la que el poder Espíritu Santo marcaba el rumbo y el pulso. Maestros, profetas, todos muy bien recibidos para que la iglesia de Antioquía fuera edificada. Sin embargo, llego también ese gran día: ¡DIOS QUERÍA QUE PLANTARÁN IGLESIAS!
Leemos en Hechos 15:2-3 que “Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado». Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron“. Me imagino este pensamiento solapado en algunos de los que estaban presentes: “…No, Pablo no, Bernabé menos. Los tenemos hace poco y son de mucha bendición… “. Pero la Biblia nos dice que los que ayunaban y oraban vieron lo que Dios quería y no lo que su necesidad mostraba.
Antioquía supo escuchar el latido del corazón de Dios: que todos puedan conocerle y recibirle en su corazón. Fue precursora, visionaria ¡Se brindó a todo el mundo! Abrió un camino a la evangelización mundial que nunca más se detuvo y nos bendice hasta el día de hoy.
Todos los que hoy hacemos la gran obra de Dios, queremos que suceda a Su manera y en el tiempo de Su voluntad. Dios quiere que nuestro amado país, lleno de colonias, pueblos y ciudades, tenga una iglesia en la que miles escuchen el mensaje de esperanza que cambia el mundo: JESÚS.
¡A SU MANERA SIEMPRE HAY BENDICIÓN!
http://www.uad.org.ar/v02/?p=2744 

jueves, 5 de julio de 2018

Entre palabras dulces y pequeña reflexión.





Te regalo estas letras, para que le perfumes a Jesús con tu corazón, su dulce corazón.
En el silencio de la noche, tu rocío invade mi ser.
Y me acunas entre tus brazos, saturándome de tu miel.
Tu presencia hace temblar mi alma y me emociona el corazón.
Es mi amado el que me abraza y me derrama su infinito amor.
En el amanecer de un nuevo día, te presentas a mí.
Y me llenas de alegría y de tu vivir.
Porque a tu lado solamente soy feliz.
Mi Jesús amado, hoy me rindo a Ti.
Si pudiéramos comprender cuánto nos ama Dios, a tal punto que entregó a su Hijo Jesús, para que tengamos en Él salvación.
Jesús es fuente de vida eterna y de gran amor.
A veces parecería que todo lo que nos rodea, nos quiere robar la paz y el gozo de saber cuán importante somos para nuestro Señor.
Pero si nos detenemos por un segundo y cerramos nuestros ojos, abriendo nuestro corazón a la presencia del Espíritu Santo; podríamos sentir la caricia y el perfume de Jesús.
Sé que nos observa por la noche y se deleita al contemplarnos mientras descansamos.
Sé que suspira de amor cada vez que le decimos que lo amamos.
Sé que es lo más importante que nos pasó en la vida.
No menospreciemos su sacrificio en la cruz, al ignorarlo o al no movernos en fe.
Hoy jueves, es un día propicio para abrir nuestro corazón y dejar que el amor de Jesús, nos sane, nos restaure y por ende nos acune en sus brazos.
Que en este día, podamos decir, como dije Pedro:
Juan 6:68 68--Señor --contestó Simón Pedro--, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.*
Solamente Jesús tiene poder para cambiar tu vida.
¡Jesús es experto en milagros y desea hacer grandes cosas en tu vida y tu familia!
¡Bendiciones!

miércoles, 4 de julio de 2018

Para hoy miercoles...

Sigamos descubriendo juntas quienes somos en Cristo Jesús.

Vení acercate a mí, quiero leerte un popurrí de mi libro "Ahora sé quién soy"
Y de regalo mi poesía preferida: "Me pondré un vestido"
¡Bendiciones!