domingo, 24 de julio de 2016

"DIOS TE BENDIGA Y TE SORPRENDA EN ESTE DOMINGO"



Salmos 23
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará....
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.



PEQUEÑA REFLEXIÓN:


Si en este día vamos a mirar hacia atrás, que no sea para ver los problemas, los errores del pasado y las preocupaciones; sino que sea para ver que el bien y la misericordia de Dios nos siguen.
Dejemos que Dios vaya delante nuestro, detrás nuestro, que nos rodee con su presencia y rindamos nuestra ser ante su majestad.
A Jesús le debemos nuestra vida.
¡Qué la presencia del Espíritu Santo te envuela hoy y siempre!

¡Dios es fiel!


Con cariño: Tere.


¡Bendiciones!

miércoles, 13 de julio de 2016

NO ES LLORANDO, NI GRITANDO, NI SUFRIENDO, NI HACIENDO LA MEJOR ORACIÓN.... SINO ES CON FE





Santiago 1:6
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.


A veces pensamos que vamos a mover la mano de Dios conforme a la oración más espiritual que haremos. Pensamos que cuanto más lloramos y nos victimizamos vamos a conmover a Dios. Otras veces intentamos justificarnos por alguna injusticia vivida, creyendo que así Dios se va a compadecer y nos va a conceder nuestra petición.
Pero sin embargo su Palabra nos enseña que debemos pedir con fe y no dudando nada.
Las palabras claves: fe y no dudar.


Y nos advierte que quienes dudan son semejante a la onda del mar que va de un lado a otro arrastrada por el viento.


Hoy te pregunto:
¿Qué vientos están moviendo tu vida qué te están llevando a dudar de las promesas de Dios?
Tal vez vientos de crítica, chisme, falta de perdón, desesperanza, falta de fe, incredulidad, autocompasión, idolatría, otras personas que influyen en tu vida sacándote de la presencia de Dios, queja, culpa, amargura, temas no resueltos, relaciones rotas, pornografía, malas palabras, adulterio, fornicación, etc.


Volvamos a leer y meditar en este texto de Santiago 1:6 y vayamos a la presencia de Dios. Y en el nombre de Jesús renunciemos a todo lo que nos roba la fe. Y dejemos que el Espíritu Santo nos llene de su presencia.


¿Podemos unirnos hoy y decirle a Dios?... Padre amado, en el nombre de Jesús, auméntanos la fe, ayuda a nuestra incredulidad, rompe todo yugo de esclavitud y derrama de tu unción en cada vida, amén.


Reflexión final:
A menudo escucho a personas que te dicen: Yo quiero tener la presencia de Dios pero no la siento.
Yo quiero que Dios me use, pero no sé por qué no lo hace.
Yo quiero que me vaya bien pero todo está peor, etc. etc. y miles de etc.


Pero sin embargo no reparan en algo fundamental, para tener unción hay que morir a uno mismo. Hay que menguar para que Cristo crezca en nosotros, hay que pasar tiempo a solas con el Esp. Sto. mientras otros miran la tele, viven en el Face viendo la vida de los demás todo el tiempo. Etc.


Es entonces que debemos preguntarnos:
¿A dónde están puestas nuestras prioridades?


Pensemos juntos:
¿Queremos ser usados por Dios? ¿Queremos oraciones contestadas?
¿Queremos la unción del Espíritu Santo?
Debemos entonces invertir tiempo de calidad en leer la Biblia, en orar con fe, en renunciar en el nombre de Jesús a todo lo que nos ata. Y anhelar con toda el alma, el corazón, el cuerpo y el espíritu, ser investidos y ser llenos del Espíritu Santo. Él nos dará poder para vencer.
No es fácil, es un trabajo diario, paso a paso. Pero tenemos un Dios grande y poderoso, que nos ama y desea nuestro bien.


Ultima reflexión:
Hebreos12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.


¿Tenés paz con Dios, con vos mismo/a y con los demás?
¿Estás viviendo en santidad?
No pases por alto este texto donde claramente nos enseña que sin santidad nadie verá al Señor.
Cristo nos dejó huellas a seguir, Él vivió en santidad, y en Él está nuestra victoria.


Con cariño: Tere.


¡Bendiciones!









jueves, 7 de julio de 2016

HOY JUEVES... MIRÁ HACIA ARRIBA



Hola.... Bendiciones en este hermoso día.


Recuerdo perfectamente aquel día que me sentía tan mal de salud, sinceramente el desánimo me había declarado la guerra. Me encontraba luchando frente a esa necesidad y fue cuando la dulce voz de Dios habló a mi corazón:
__Tere, mirá hacia arriba.
Fue entonces que entendí que si me quedaba con la cabeza gacha mirando mi situación iba a seguir actuando como las gallinas, que pican y pican, andan y andan con la mirada en el piso.
Pero sin embargo, si a pesar de mi situación, me animaba a mirar a Dios en oración, allí cobraría las fuerzas como las águilas y volaría bien alto, al plano sobrenatural, para así por medio de Jesús tomar mi milagro.

Y este hermoso Salmo vino a mi mente:


Jehová es tu guardador
1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.
5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.



Y fue así como entendí que solamente alzando mis ojos espirituales en oración, allí en la intimidad de mi cuarto; dejando que la presencia del Espíritu Santo me inunde, hará que el socorro de Dios venga a mi rescate.
Debemos quitar nuestra mirada y nuestro corazón del problema y poner nuestros ojos en Jesús. (Hebreos 12:2)


El desafío de hoy, dejar de ser gallinas para convertirnos en águilas que vuelan a las alturas ;y asi seremos transformados para la gloria de Dios.


Isaías 40:31 pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. (NVI)


¡Qué hoy jueves, podamos entregarle nuestro corazón a Dios y decirle!...."Señor amado, mi confianza está puesta únicamente en Tí!


Con cariño: Tere.


Bendiciones.

miércoles, 6 de julio de 2016

HOY MIERCOLES.... "COMO PROSPERA TU ALMA"

3 de Juan 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.


¡Hola, qué tengas un día bendecido junto a tus seres amados!
Este texto de 3 de Juan 1:2, es uno de mis preferidos; porque me lleva de continuo a analizar mis peticiones y mi vida.
¿Cuántas veces le pedimos a Dios prosperidad en todas las cosas?
¿Cuántas veces deseamos y reclamamos salud para nuestra vida o de un ser querido?


Pero...
¿Cuántas veces analizamos nuestra alma, nuestro corazón,  conforme a la Palabra de Dios?


Cuando estuve muy enferma, le vivía pidiendo a Dios que en el nombre de Jesús me sanara. Pero Él me llevó a vivir este texto de 3 de Juan. Y estas palabras habló a mi corazón:
__ Tere, vos ocúpate de trabajar en controlar tus emociones y yo me ocupo de sanar tu físico.


Y fue así como junto al Espíritu Santo formamos un equipo inseparable de trabajo. Día a día me llevaba a identificar aquellas áreas en mi vida donde necesitaban ser trabajadas.
Por ejemplo: La culpa, la queja, el temor, la falta de perdón, el desánimo, la falta de fe, etc.


Para reflexionar:
¿Cuánto hace qué no evaluás tu vida y tu comportamiento conforme a la Palabra de Dios?
¿Tal vez te covertiste en un loro, que repite y repite siempre la misma oración, pidiendo y demandando?  Pero sin embargo, quizás Dios te esté llevando por medio de su presencia a qué mires tu corazón y trabajes en revertir tu situación.


En este hermoso día, no desaprovechemos la oportunidad de cerrar la puerta de nuestra habitación. Y allí, en oración, derramemos nuestra alma a Dios. Con un corazón que reconoce cuánto le necesita.


Una última pregunta:
¿Está prospera tu alma de la voluntad de Dios o está prospera de tus emociones alteradas qué te llevan a enfermarte, o a tener relaciones rotas?


Con cariño: Tere.


¡Dios te bendiga!