jueves, 5 de julio de 2018

Entre palabras dulces y pequeña reflexión.





Te regalo estas letras, para que le perfumes a Jesús con tu corazón, su dulce corazón.
En el silencio de la noche, tu rocío invade mi ser.
Y me acunas entre tus brazos, saturándome de tu miel.
Tu presencia hace temblar mi alma y me emociona el corazón.
Es mi amado el que me abraza y me derrama su infinito amor.
En el amanecer de un nuevo día, te presentas a mí.
Y me llenas de alegría y de tu vivir.
Porque a tu lado solamente soy feliz.
Mi Jesús amado, hoy me rindo a Ti.
Si pudiéramos comprender cuánto nos ama Dios, a tal punto que entregó a su Hijo Jesús, para que tengamos en Él salvación.
Jesús es fuente de vida eterna y de gran amor.
A veces parecería que todo lo que nos rodea, nos quiere robar la paz y el gozo de saber cuán importante somos para nuestro Señor.
Pero si nos detenemos por un segundo y cerramos nuestros ojos, abriendo nuestro corazón a la presencia del Espíritu Santo; podríamos sentir la caricia y el perfume de Jesús.
Sé que nos observa por la noche y se deleita al contemplarnos mientras descansamos.
Sé que suspira de amor cada vez que le decimos que lo amamos.
Sé que es lo más importante que nos pasó en la vida.
No menospreciemos su sacrificio en la cruz, al ignorarlo o al no movernos en fe.
Hoy jueves, es un día propicio para abrir nuestro corazón y dejar que el amor de Jesús, nos sane, nos restaure y por ende nos acune en sus brazos.
Que en este día, podamos decir, como dije Pedro:
Juan 6:68 68--Señor --contestó Simón Pedro--, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.*
Solamente Jesús tiene poder para cambiar tu vida.
¡Jesús es experto en milagros y desea hacer grandes cosas en tu vida y tu familia!
¡Bendiciones!

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