domingo, 29 de noviembre de 2015

"SOLO MIS OJOS EN TÍ, MI AMOR"



Hola... Hoy es un bonito día de sol aquí en donde vivo.
Me encantan los día de sol, me emociona oír el canto de los pájaros y sentir la brisa suave de la mañana rozando mis mejillas.


Estaba meditando en el siguiente texto bíblico:


Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.


¡Cuántas veces en nuestra vida, ponemos nuestra mirada en la situación difícil qué estamos atravesando!
¡Cuántas veces en nuestra vida, ponemos nuestra mirada en los qué nos rodean, culpando mucha veces a ellos por nuestros fracasos y nuestra escasa relación con Dios!


Cada uno de nosotros somos responsables por cultivar una relación de intimidad con Dios. Una relación personal que nos debe llevar cada día a poner nuestra mirada en Jesús. Él es quien se dio entero por amor a nosotros.


Poner los ojos en Jesús, no es ponerlos en nuestro cónyuge, en nuestras amistades, en nuestros pastores, en nuestros líderes, en nuestros familiares, esperando que cada uno de ellos nos tome de la mano y nos conduzcan a nuestra felicidad. Si bien cada uno de nosotros, debemos ser de bendición y de ayuda y obviamente de buen testimonio. Nuestra vida espiritual debe surgir de caminar en cada momento tomados de la mano de Nuestro Señor Jesucristo.


En cuanto a mí, cuando puse mi mirada en las personas, me sentí decepcionada muchas veces. ¡Claro me olvidaba qué son seres humanos al igual qué yo!
Pero el Espíritu Santo me llevó a entender que mis ojos solamente deben estar puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe. Y eso no quiere decir que no necesitamos de los demás, sino que nuestras expectativas deben estar solamente en Jesús, porque cada uno de nosotros a nivel humano nos podemos equivocar.


Tener una relación de búsqueda constante con Dios, con su Palabra, en oración, estando apasionados por Cristo, pidiéndole al Espíritu Santo que nos llene de su presencia, nos lleva a tal punto que podamos menguar, para que Cristo crezca en nuestro corazón.
Y cuando menguamos, nuestra carne muere, nuestras emociones se aquietan y por ende nuestra fe crece.


San Juan 3:30 Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe.


Para reflexionar:


¿En dónde está puesta tu mirada? ¿En lo terrenal, en otra persona, en una circunstancia, en un gobierno, etc. o en lo espiritual esperando pacientemente qué la gloria de Dios se derrame en tu vida?
¿Cuánto a lo largo de tu caminar con Dios, conseguiste menguar para qué Jesús crezca en tu vida?


Tal vez sientas que no tenés sabiduría para llevar tu vida adelante, que siempre culpás a los demás de tu situación y eso te lleva a auto-compadecerte y no dejarte así tener una relación fluida con Dios.


Santiago 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.


Para este hermoso día, un bello Proverbio para meditar:

Proverbios 3:1 Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;
2 Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán.
3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón;
4 Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres.
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus veredas.
7 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;
8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.



Con cariño: Tere.


¡Qué Dios te bendiga!


miércoles, 25 de noviembre de 2015

"CADA DÍA Y TODOS LOS DÍAS... DIGAMOS ¡NO!... A LA VIOLENCIA DE GÉNERO"

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¿POR QUÉ SE QUEDA UNA MUJER EN UNA RELACIÓN VIOLENTA?

 Las respuestas más comunes que se dan a sí mismos son: algo le gusta de todo eso, lo ama, es cómoda, no quiere trabajar, etc. Todas estas respuestas, lejos de ayudar en algo a la víctima, la someten y la rebajan más aún. Estas respuestas son injustas y revelan la ignorancia que hay sobre el tema. La realidad es mucho más compleja.

Algunas cuestiones que pueden aclarar este punto:


Naturalización de la violencia: Si la víctima de violencia conyugal ha sido víctima de violencia familiar en su hogar de origen, es probable que haya «naturalizado» la violencia.


Miedo a las amenazas: En la mayoría de los casos la mujer también está asustada y amenazada. Recordemos que la violencia siempre se acompaña de argumentos intimidatorios, los cuales son parte del maltrato emocional. «Si me dejás, me mato o te mato», «me voy a volver loco», «no vas a poder sola», «te voy a sacar a los chicos», «nadie te va a creer», «no vas a conseguir trabajo», etc., son los más comunes.


Culpa: Parte de la manipulación a la que es sometida incluye argumentos que inducen culpa: «una buena mujer no abandona al marido», «Dios no quiere que nos separemos», «la iglesia no va a apoyarte», «vos también tenés la culpa de lo que sucede», «vos no fuiste una buena mujer», «si perseverás, él puede cambiar», etc. Estos argumentos también se refuerzan con las comparaciones con otras mujeres, supuestamente más dóciles.


Vergüenza y humillación: Es un sentimiento casi universal en las mujeres maltratadas. No quieren exhibir ante otros lo que sienten como un fracaso propio. No evalúan correctamente que la vergüenza es para el agresor y no para la víctima de violencia. Piensan que ellas mismas tienen la culpa de lo que les sucede y no quieren exponerse ante los demás. Tapan sus marcas físicas y ocultan sus verdaderos sentimientos heridos. Se sienten humilladas y avasalladas.


Razones económicas: Muchas mujeres temen que si se separan del violento quedarán desamparadas ellas y sus hijos, máxime si este es el proveedor. La realidad es que un buen número de mujeres maltratadas tienen muchos hijos (lo que a veces es una forma más de sometimiento), por lo que les resulta difícil salir a trabajar para obtener su propio sostén y el de los hijos. Además, estas mujeres tienen baja autoestima, no confían en sí mismas, no se sienten capaces de enfrentar solas la vida, y terminan prefiriendo la violencia dentro del hogar antes que el desamparo fuera de él.


Responsabilidad con los hijos: La mayoría de las mujeres que padecen violencia por parte de sus parejas no se separan por los hijos. No quieren ser las causantes de dejar sin padre a los niños —sin ver que, en realidad, es el mismo hombre el que los deja sin padre—. Incluso los hijos varones, adolescentes o jóvenes, tienden a repetir la violencia que ven en el papá, maltratando a su madre física o emocionalmente. Las mujeres que padecen violencia temen que en el futuro los hijos les reprochen el haberse separado. Dudan que puedan sostenerlos económicamente. Minimizan los efectos perniciosos de la violencia conyugal sobre los hijos. Es más, muchas mujeres soportan toda clase de castigos sobre sí mismas con tal de que no haya violencia física sobre los hijos, ignorando que, de todos modos, los hijos testigos de violencia entre sus padres son fuertemente afectados.


Doble victimización y efecto doble fachada: Algunas mujeres que en alguna oportunidad se atrevieron a contarle a alguien su padecer, encontraron condena en vez de comprensión, sanción en vez de liberación, carga en vez de ayuda. Cuando esto sucede, la víctima recibe un nuevo maltrato, esta vez más doloroso y difícil de asimilar. De cualquier forma, la doble victimización es muy grave y tiene consecuencias nefastas: puede reforzar la indefensión de la víctima y su profunda desilusión respecto de algún tipo de ayuda a la que pueda recurrir y aumenta la desesperanza y la desesperación.
Esto se complementa con el fenómeno llamado «doble fachada». Se trata de una característica muy común en los abusadores de cualquier tipo, y consiste en tener una doble imagen: una pública y otra privada. En público pueden mostrarse como personas seguras de sí mismas, controladas, respetuosas, espirituales, éticas, amables, equilibradas, hasta seductoras y carismáticas, o incluso sumisas. Pero en privado muestran su verdadera cara: son violentos, agresivos, sarcásticos, arbitrarios, se descontrolan, manipulan, ignoran, aíslan a la víctima, y la someten a toda clase de torturas físicas y emocionales. 


(Material extraído del Instituto Eirene Argentina)



SI PADECÉS VIOLENCIA, ROMPÉ EL SILENCIO Y PEDÍ AYUDA.


Podés llamar de manera gratuita en Argentina, las 24hs. los 365 días del año:


0800-666-8547

 ó al 144.



¡Qué Dios te bendiga!

miércoles, 18 de noviembre de 2015

"ENTRE EL DESPERTADOR, LA CAMA Y TUS CARICIAS"

Hola... ¡Dios te bendiga!
Esta mañana mi despertador sonó temprano, como casi todas las mañanas de mi semana.
Me sentía cansada, el día afuera se encontraba nublado; por lo cual estaba todo propicio para tan sólo extender diez minutitos más, mi descanso.
Entonces, me acurruqué en mi cama, esperando que esos diez minutos fueran los más largos de mi vida, ja, ja.


Pero lo que jamás me imaginaba es que comencé a sentir la presencia del Espíritu Santo junto a mí.
Y cuan pequeña niña, parecía que la mano de mi amado Jesús acariciara mi cabeza, era como si me dijera... "Vamos remolona hay que levantarse".
No lo dudé ni por un segundo y me acurruqué aún más, no iba jamás a dejar pasar esta hermosa oportunidad de vivir una mañana entre el despertador, la cama y sus caricias.
Esa caricia de amor divino, de ternura sin igual, de un Padre Celestial que se deleita mirando y callando de amor por sus hijos.
Y allí, en mi habitación, sentí en mi corazón el amor tan grande de Dios, era como si pudiera ver en el plano espiritual sus inmensas manos de amor acariciando el corazón de cada uno de nosotros, quienes hemos sido comprados con la sangre más valiosa, preciosa, poderosa y sin igual... la sangre de nuestro Amado Jesús.


En donde te encuentres, en este día, te invito a cerrar tus ojos, te aliento a que le abras tu corazón a Dios y te permitas sentir la caricia de sus manos, el perfume de su presencia y así dejar que su unción divina inunde todo tu ser.


Dios tiene cuidado de nosotros, a Él le interesa nuestra vida y familia, dejemos en este día que nos rodee con su favor.


Salmo 33:18 Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor;
19 Él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida.
20 Esperamos confiados en el Señor; Él es nuestro socorro y nuestro escudo.
21 En Él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre.
22 Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de Ti. (NVI)



Salmo 5:12 Porque Tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.


Con cariño: Tere.


¡Qué Dios te bendiga!

martes, 10 de noviembre de 2015

"SIEMPRE ÉL EN PRIMER LUGAR"



Hola... ¡Dios te bendiga!!


Recuerdo, hace ya bastante tiempo atrás, cuando Dios habló a mi corazón estas palabras:
__¿Tere, a qué dios tenés a tu corazón?
Obviamente, esa pregunta, me molestó y me inquietó.
¿Cómo a qué dios tengo en el corazón? ¡Mi único Dios sos vos, Señor!!
Pero parece que no era tan así,  ya que algunas preocupaciones, tal vez algunas personas, estaban ocupando el primer lugar en mi corazón. Ese lugar que solamente Dios debía, debe y deberá ocupar siempre.


San Marcos 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.


¿Qué significa amar a Dios en primer lugar?
Hacerlo tu prioridad. Que Él sea tu respirar, tu vivir, tu guía, tu consejero, tu motivo de adoración, por el cual vivís y existís. Amar a Dios a pesar de cualquier situación adversa, eso es tenerlo en primer lugar, ya que nuestro amor por Él desplaza todo lo que nos rodea.
Amarlo con el alma, el corazón, con la mente, con el cuerpo, con nuestro espíritu, no es tarea difícil cuando hemos tenido un encuentro personal con Jesús. Cuando le hacemos a Él, Señor y dueño de nuestra vida.


Sé lo que es pasar por problemas de salud, o tal vez algún tema difícil familiar, económico, etc. Sé como de repente todo eso te puede llegar a robar la paz interior que habías conseguido en Cristo Jesús. Pero gloria a Dios que tenemos al Espíritu Santo que nos recuerda la poderosa Palabra de Dios y nos levanta, nos habla y nos llena de poder para vencer.


Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles


No dejemos que el afán, la ansiedad, la incredulidad, las preocupaciones u otras personas, nos roben nuestra relación con Dios.

San Mateo 6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.



1 de Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo;
7 echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.



Afanarnos ante una situación, preocuparnos, tener ansiedad, son todas manifestaciones de nuestra carne que nos llevan a retroceder en nuestra fe, nos desenfocan de saber que somos más que vencedores en Cristo Jesús. (Romanos 8:37)


Dios no aprueba la idolatría, Él debe ser el único Dios, en quien nosotros debemos postrarnos.


Éxodo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.



Tenemos un Dios de amor, que nos ha dado a su único Hijo, para que por medio de Él tengamos salvación, vida eterna, sanidad en todas las áreas y una relación continua de amor con nuestro Padre Celestial.


San Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


Para reflexionar:


¿Qué es lo qué está ocupando el primer lugar en tu vida?
¿Qué es lo qué te quita la paz y no te deja dormir?
¿Qué es lo qué te lleva a no tener a Dios en primer lugar?


Salmo 37:4 Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón
5: Encomienda al Señor tu camino; confía en Él, y Él hará.


Tal vez puedas decir...¿Cómo hago para deleitarme en Dios con todos los problemas qué tengo?
Pero adorar a Dios no es cuando todo nos va bien o cuando tenemos ganas. Adorar a Dios es una decisión personal, es salirnos de toda situación de comodidad, de autosuficiencia, etc. y así como dijo el Rey David, de igual manera, nosotros debemos ordenar a nuestra alma.


Salmo 103:1 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.


Padre amado, venimos ante tu presencia en este día en el nombre de Jesús, para pedirte perdón por nuestros pecados. Amado Dios, te pedimos perdón por poner en primer lugar a tantas cosas, situaciones, personas, etc. antes que a Tí. Nos arrepentimos ahora Dios poderoso.
Solamente Tú eres digno de recibir la honra.
Espíritu Santo llénanos de tu presencia en este día.
Renunciamos en el nombre de Jesús a todo lo que ocupa el primer lugar en nuestro corazón. Nos consagramos en santidad a Tí amado Dios, porque solamente Tú eres el único Dios verdadero.
Amén.


Con cariño: Tere.


¡Qué Dios te bendiga!