miércoles, 19 de diciembre de 2018

Una semana antes de Navidad


Testimonio de mi conversión:
Tenía tan sólo 19 años de edad y faltando solamente una semana para Navidad, Jesús se presentaba a mí, en el año 1985.
Siempre me gustó escribir, recuerdo que ya a los 12 años de edad escribía poesías.
No me pregunten el por qué, pero muy a menudo le escribía a la soledad.
Y no era por encontrarme sola, porque siempre en casa hubo amor y unidad.
Pero quizás las constantes enfermedades en mi vida, le habían dado matices oscuros y fríos a mi corazón.
Cuando me hablaron de Jesús, recuerdo que me hicieron leer el siguiente texto bíblico:
Juan 3:16 Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.(nvi)
Después me dijeron poné tu nombre allí.
Juan 3:16 Porque tanto amó Dios a Tere, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Me impactó tanto ver que mi nombre entraba en el plan de salvación, que mi nombre encajaba perfectamente en la Palabra de Dios!!
Luego un Jesús te ama Tere, dicho en ese entonces por quien era mi Pastor Néstor Cómas, hicieron que mi corazón comenzara a sentir que algo estaba pasando en mi interior.
No voy a olvidar nunca, que siempre hubo gente con mucho amor, dispuesta a dar su tiempo por mí para que fuera libre.
Recuerdo al Evangelista Miguel CeJas y su esposa Marta, ministrándome por tres largas horas por teléfono.
Recuero al Pastor Comas, al Pastor Juan Carlos y a mi papá ministrarme liberación por largas horas en casa.
Y cómo olvidar la semana intensa que viví en la campaña de Carlos Anacondia, donde cada noche me llevaban a la carpa, para liberar mi vida de tantas situaciones, maldiciones y opresiones.
Recuerdo una madrugada, en donde estaba sentada en un banquito, al aire libre, en la campaña de La Boca y unas jovencitas, me ayudaron a ser libre. A ellas nos les importó el tiempo que estuvieran conmigo, sino por el contrario, me amaron y se dejaron usar por Dios.
Nunca supe quienes eran, pero les estoy eternamente agradecida a ellas y a todos los que formaron parte de mi conversión.
Y finalmente Betty Morris con su equipo, ministraron mi vida, quedando yo libre, de toda opresión y de toda maldición generacional.
Y cuando salí de aquella carpa de la campaña, mi papá dijo:
_Gracias Señor, ahora sí mi hija está libre, tiene otro rostro y otra mirada.
Y fue así, que en toda esa semana previa a Navidad, que mi vida cambió y desde aquel día y por siempre mi vida le pertenece a Jesús.
¡Cómo no amar a alguien qué rescató tu vida del hoyo!!
¡Cómo no amar a alguien qué dio su vida por amor en la cruz!!
De mi parte no tengo más que agradecimiento a Jesús, porque solamente por Él tengo vida eterna, tengo salvación y tengo una familia libre de toda maldición, llena de amor y del poder de Dios!!
Te invito a recibir a Jesús en tu corazón:
Dios en el nombre de Jesús, me arrepiento ahora de todos mis pecados.
Recibo a Jesús como el Señor y Salvador de mi vida.
Te pido que anotes mi nombre en el libro de la Vida.
Espíritu Santo te necesito, necesito conocerte.
Bendice mi vida y mi familia.
Amén.
No te olvides de volver a leer Juan 3:16 y poner tu nombre allí, Jesús te ama!!
¡Bendiciones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario