El nombre Débora tiene como raíz la palabra hebrea (Dabar) que significa aconsejar, anunciar, declarar, etc.
Ella era profetisa, juez, esposa, ama de casa y en especial se destacaba por ser amante de la presencia del Espíritu Santo.
Débora tenía una gran pasión por su pueblo, ella sabía escuchar la voz de Dios.
Jueces 5:7 Los guerreros de Israel desaparecieron; desaparecieron hasta que yo me levanté. ¡Yo, Débora, me levanté como una madre en Israel!
Sin lugar a dudas un pasaje bíblico que nos exhorta a levantarnos y avanzar en fe a pesar de cualquier situación que podamos ver a nuestro alrededor.
Ella tenía sus ojos espirituales bien abiertos para poder ver la necesidad de los suyos, ella era una mujer que sabía tomar decisiones sabias, que impactarían la vida de los demás.
Débora se levantó en el medio de un pueblo desbastado y se puso en la brecha.
Hoy nosotras debemos imitar su valentía y ponernos de pié por dentro, caminando de la mano de Dios, vestidas de su armadura, llenas del Espíritu Santo, sabiendo que en el nombre de Jesús, toda circunstancia tiene que retroceder y desaparecer.
Jueces 5:12 ¡Despierta, despierta, Débora! ¡Despierta, despierta, y entona una canción!
Despertarnos, salirnos de la angustia, del cansancio, del temor, de los problemas, etc.
Tomemos como mujeres, en Cristo Jesús, decisiones sabias, decisiones que nos lleven a vivir una vida conforme a su Palabra y a su voluntad.
Seamos una generación de mujeres que entonen cánticos de liberación, de amor, de nuevos comienzos, de paz y de unidad, por el poder y el amor de Dios.
Querida mujer que cada día sea un 8 de marzo, donde nos solidaricemos con quienes lo necesitan y donde seamos mujeres que dejamos huellas de bendición a seguir.
Bendiciones.
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