miércoles, 28 de mayo de 2014

"COMO CADA MAÑANA JUNTO A TÍ"

Hola... ¡Qué Dios bendiga tu vida y tu hogar en este día!

Como cada mañana, estuve orando, leyendo la Biblia y pasando un momento de intimidad con mi amado Espíritu Santo.

Leer la Palabra de Dios me fortalece, me da descanso y aumenta mi fe.



Hace unos días que estoy meditando sobre 1 y 2 de Tesalonicenses, en el Nuevo Testamento y mientras lo leía, me puse a pensar en la cantidad de correos que recibo, acerca de personas que viven bajo algún pecado sexual.
Amados/as, la Palabra de Dios es clara, sin santidad nadie verá al Señor y en Cristo Jesús que nos fortalece, se puede, claro que se puede dejar de pecar y rendir la vida a Dios.

1 de Tesalonicenses 4:2 Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús;
4:3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
4:4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
4:5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
4:6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.
4:7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
4:8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

Te invito en este día, a que le entregues tu vida a Jesús y pongas todo tu corazón a cuenta con Él.
Te invito por favor a que hagas esta oración.

 
Dios en el nombre de Jesús te pido perdón por todos mis pecados, me arrepiento ahora de cada uno de ellos, recibo a Jesús como mi Señor y mi Salvador personal, por favor anotá mi nombre en el Libro de la vida.
Ahora querido Dios, renuncio a todo pecado de fornicación, de adulterio, de lascivia, de lujuria, de masturbación, de homosexualidad, de lesbianismo, de pornografía, en el nombre de Jesús lo renuncio y le pido al Espíritu Santo que me llene de su presencia.
Tomo la decisión personal de obedecer a Dios, de vivir en santidad, de consagrarme cada día a Él y así dejar de pecar y dar lugar al espíritu en mí y no a la carne.
Padre Dios en el nombre de Jesús renuncio a todo lo que viene de mis antepasados y que atan mi vida y mi descendencia, me declaro libre en Cristo Jesús.
Te amo y te necesito, has de mí un hombre, una mujer nueva en Cristo Jesús. Amén.

Con cariño: Tere.

¡Qué Dios te bendiga!



 

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