martes, 8 de noviembre de 2016

REFLEXIÓN... "ORAR POR NUESTROS HIJOS Y FAMILIA"



"Así como respiramos.... oramos"

La oración para nosotros debe ser igual que el respirar, no pensamos que vamos a respirar, sino que respiramos, está en nosotros, sino nos morimos.
La oración es nuestro respirar espiritual, si contengo la respiración espiritual por mucho tiempo, voy a morir espiritualmente y eso va a repercutir en mi vida y en mi familia. 
La atmósfera ejerce fuerza a nuestros pulmones y nos lleva a respirar.
La oración te alimenta de atmósfera divina y te lleva a respirar espiritualmente.
El tema está en con qué frecuencia estamos respirando espiritualmente y eso va a depender de cuanto oramos.
La Biblia nos enseña:
1 de Tesalonicenses 5:17 Orad sin cesar.
Orar sin cesar es aquella oración que vuelve a suceder. Es regresar a orar una y otra vez. 
¿Cómo consigo orar sin cesar?
Cuando logro poner los ojos en las cosas de arriba y sacarlos de mi problema, etc.
Porque mientras yo tenga mi mirada en la tierra, me invade el desánimo y el enemigo consigue robarme la fe y la esperanza.
Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
¿Qué ingredientes debe tener mi oración además de fe?
Colosenses 4:2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
1 de Pedro 4:7 ; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
Romanos 12:2 …..constantes en la oración;
Palabras claves que me mueven al accionar en mi oración:
• Perseverar: Mantenerse constante en una actitud.
• Velad: Observar atentamente algo. Cuidar solícitamente de algo.
• Sobrio: Templado. Moderado.
• Constantes: Persistente. Continuamente reiterado.
Orar persistente, no es un rezo el cual repito siempre lo mismo, sino por el contrario orar es hablar con Dios. Es comunicarme con Él. Es relacionarme y no caer en un monólogo que solo pido, demando y reprocho las oraciones no contestadas. Cuando hablo con Dios debo saber que Él oye y responde. Acompañando siempre nuestra oración con acción de gracias.
1 de Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo;
Posiblemente algunos de ustedes están atravesando una mala relación con sus hijos y necesitan que Dios los exalte con ellos, que ellos los respeten. 
Nosotros ponemos nuestra mirada en nuestros hijos en lo que tienen que cambiar. 
Pero esta Palabra nos enseña a nosotros que primero debemos humillarnos ante Dios en el secreto de nuestra habitación.
Vs: 7 echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
¿Qué es lo qué te preocupa, aquella ansiedad que no te deja ver que Dios tiene cuidado de vos y los tuyos?
Vs: 8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
No son nuestros hijos, nuestros enemigos, por el contrario, ellos necesitan de nuestra protección espiritual para poder ser libres de toda opresión que satanás y el mundo ejerce sobre sus vidas.
Vs: 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
Lo primero que busca satanás es desanimarnos y robarnos la fe. Originando muchas veces un clima en nuestros hogares donde todo es pelea. La Biblia nos enseña que debemos resistir firmes en la fe, no contra nuestros hijos, sino contra el enemigo de nuestra alma. El cual Jesús ya lo venció en la cruz. Debemos salir de la autocompasión, creyendo que a nosotros solos nos pasan estas cosas y que somos los peores padres o que tenemos a los hijos más rebeldes del mundo. Sino que por el contrario en todas partes del mundo nuestros hermanos en Cristo padecen de dificultades.
Dios siempre tiene planes de bien para sus hijos.
Jeremías 29:11 Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
Pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
¡Bendiciones!



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