Mujeres que miran a Dios, que se toman bien fuerte de su mano y caminan sobre las pisadas de bendición que Jesús nos dejó.
Seamos mujeres que a pesar de cualquier dificultad, buscamos apartarnos en intimidad, para llenarnos de la amorosa y poderosa presencia del Espíritu Santo.
¡Bendiciones!
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