YA BASTA DE INVITAR A LA MISMA NIÑA, TODAS LAS TARDES A TOMAR EL TE.
Hay mujeres que viven alimentando sus emociones solamente con el pasado. Se entristecen por lo que les hicieron, quizás vivieron falta de comprensión de sus padres, desengaños amorosos, fracasos laborales, ministeriales, etc.
O tal vez viven amargadas por lo que ellas pudieron haber hecho en la vida pero nunca se animaron a realizar nada.
Hay otras que se niegan a aceptar el paso del tiempo, siendo su comportamiento como pequeñas niñas caprichosas, sin importar cuanto pueden perjudicar a los demás. Y se transforman así en mujeres caprichosas, dando la apariencia de indefensas pero en realidad cuando explotan, parecería que dentro de ellas tienen una bomba nuclear.
O tal vez viven amargadas por lo que ellas pudieron haber hecho en la vida pero nunca se animaron a realizar nada.
Hay otras que se niegan a aceptar el paso del tiempo, siendo su comportamiento como pequeñas niñas caprichosas, sin importar cuanto pueden perjudicar a los demás. Y se transforman así en mujeres caprichosas, dando la apariencia de indefensas pero en realidad cuando explotan, parecería que dentro de ellas tienen una bomba nuclear.
Hay muchas mujeres que viven de rituales, sí, mis amigas, de rituales. Se levantan, realizan sus quehaceres, pero llegada la tarde preparan una linda mesa para tomar el té. Invitando así de manera imaginaria a aquella pequeña niña que una vez fueron y que ellas mismas no dejan ir y crecer.
Entonces se autocompadecen todo el tiempo, les hablan de sus fracasos, de sus errores y siempre delegan la culpa hacia los demás. Y no estoy desmereciendo lo que les o te pasó en la vida, simplemente estoy haciendo énfasis en una situación en dónde la Biblia nos enseña que en Jesús está nuestra victoria (1 de Corintios 15:57), qué todo lo podemos en Cristo que nos fortalece (Filip. 4:13), que somos más que vencedoras en Él (Romanos 8:317)
Entonces se autocompadecen todo el tiempo, les hablan de sus fracasos, de sus errores y siempre delegan la culpa hacia los demás. Y no estoy desmereciendo lo que les o te pasó en la vida, simplemente estoy haciendo énfasis en una situación en dónde la Biblia nos enseña que en Jesús está nuestra victoria (1 de Corintios 15:57), qué todo lo podemos en Cristo que nos fortalece (Filip. 4:13), que somos más que vencedoras en Él (Romanos 8:317)
Amadas hoy es el día indicado, para poner tu vida a cuenta con Dios. Para renunciar en el nombre de Jesús a todo lo que te ata y no te deja avanzar y ser libre. Como por ejemplo, la falta de perdón, la culpa, el odio, el resentimiento, el dolor, la ira, el enojo, envidia, celos, amargura, deseo de venganza, tristeza, soledad, pensamientos de muerte, autocompasión, autoestima baja, incredulidad, el pasado, el presente, o el temor a enfrentar el futuro, etc.
2 de Corintios 5:17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! (NVI)
No te olvides, que satanás desea que vivas presa de tu pasado, afectando así no solo tu vida sino todo tu entorno.
En Jesús, somos nuevas criaturas, en Él está nuestra victoria, en Él está lo nuevo para nosotras.
En Jesús, somos nuevas criaturas, en Él está nuestra victoria, en Él está lo nuevo para nosotras.
No nos acostumbremos ni nos conformemos a sobrevivir cada día; porque Cristo Jesús vino para que tengamos vida y vida en abundancia. (San Juan 10:10)
Oremos:
Dios en el nombre de Jesús te pido perdón por todos mis pecados, me arrepiento ahora de cada uno de ellos. Recibo a Jesús en mi corazón como mi Salvador y Señor de mi vida.
Renuncio en Cristo Jesús a toda falta de perdón y tomo la decisión de perdonar a ........... y me declaro libre de todo deseo de venganza.
Renuncio también a toda culpa, amargura, ira, enojo, tristeza, pensamiento de muerte, celos, orgullo, resentimiento, etc. en el nombre de Jesús y me declaro libre.
Dios te entrego ahora mi pasado, dejo ir en tus manos a esa niña que fuí, y que llevo en mi corazón, la cual está llena de dolor y desesperanza.
Espíritu Santo, quiero conocerte, te necesito, lléname de tu presencia.
En el poderoso nombre de Jesús, amén.
Dios en el nombre de Jesús te pido perdón por todos mis pecados, me arrepiento ahora de cada uno de ellos. Recibo a Jesús en mi corazón como mi Salvador y Señor de mi vida.
Renuncio en Cristo Jesús a toda falta de perdón y tomo la decisión de perdonar a ........... y me declaro libre de todo deseo de venganza.
Renuncio también a toda culpa, amargura, ira, enojo, tristeza, pensamiento de muerte, celos, orgullo, resentimiento, etc. en el nombre de Jesús y me declaro libre.
Dios te entrego ahora mi pasado, dejo ir en tus manos a esa niña que fuí, y que llevo en mi corazón, la cual está llena de dolor y desesperanza.
Espíritu Santo, quiero conocerte, te necesito, lléname de tu presencia.
En el poderoso nombre de Jesús, amén.
¡Bendiciones!
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