Cerré mis ojos por un instante y sentí que tu presencia estaba junto a mí.
Cerré mis ojos para alabarte y me sorprendió tu sonrisa abrazándome el corazón.
Cerré mis ojos para contemplar tu hermosura y fue tu presencia la que acarició mi interior.
Cerré mis ojos para adorarte y me tomaste en tus brazos llenos de amor.
Cerré mis ojos para alabarte y me sorprendió tu sonrisa abrazándome el corazón.
Cerré mis ojos para contemplar tu hermosura y fue tu presencia la que acarició mi interior.
Cerré mis ojos para adorarte y me tomaste en tus brazos llenos de amor.
Cuando cerramos nuestros ojos y abrimos a Dios nuestra alma y nuestro corazón.
Él se manifiesta cuán rosa fragante, envolviendo nuestra vida con su maravilloso amor.
E inmediatamente cobramos ánimo, porque Él nos llena de su presencia, de su poder, de su perfume y de su unción.
Te invito a cerrar tus ojos por un instante y allí en dónde te encuentres, declarale a Dios tu amor.
Él se manifiesta cuán rosa fragante, envolviendo nuestra vida con su maravilloso amor.
E inmediatamente cobramos ánimo, porque Él nos llena de su presencia, de su poder, de su perfume y de su unción.
Te invito a cerrar tus ojos por un instante y allí en dónde te encuentres, declarale a Dios tu amor.
Para reflexionar:
¿Cuánto hace qué no detenés tu mundo y hacés silencio en su presencia, dejándo así que Dios te acaricie y te acune en sus brazos de amor?
¿Cuánto hace qué no le pedís al Espíritu Santo que te sumerga en su unción y te renueve en las alturas, llevándote a ser cómo las águilas?
¿Cuánto hace qué no detenés tu mundo y hacés silencio en su presencia, dejándo así que Dios te acaricie y te acune en sus brazos de amor?
¿Cuánto hace qué no le pedís al Espíritu Santo que te sumerga en su unción y te renueve en las alturas, llevándote a ser cómo las águilas?
Cuando diferentes luchas se nos presentan, sentimos como si el piso se nos moviera, el temor nos invade y la angustia nos rodea.
Pero es maravilloso saber que tenemos un Dios poderoso que cumple su Palabra y en este día nos invita a caminar en fe.
Pero es maravilloso saber que tenemos un Dios poderoso que cumple su Palabra y en este día nos invita a caminar en fe.
Salmo 121:1 A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
2 Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
3 No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
4 Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
5 El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
6 De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
7 El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
8 El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre. (NVI)
2 Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
3 No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
4 Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
5 El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
6 De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
7 El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
8 El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre. (NVI)
¡Bendiciones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario