Allí está Flavia, todos los días tiene la misma rutina. Según el lugar que tenga que ir o la situación que tenga que enfrentar, ella corre a su cuarto y se cambia el calzado.
Cada día, pone su confianza en ellos, es como si se transformara en una súper héroe diferente cada vez que en sus pies se coloca un nuevo par de zapatos.
Cada día, pone su confianza en ellos, es como si se transformara en una súper héroe diferente cada vez que en sus pies se coloca un nuevo par de zapatos.
Pero un día, al correr por una avenida, el taco de uno de ellos se le rompió. Flavia sintió pánico, le dio vergüenza al quedar tan expuesta.
Evidentemente ella había puesto su confianza en sus calzados. Sentía que con ellos caminaba derecha, que la gente la elogiaba y que al caminar daba pasos firmes y seguros.
Cada vez que se cambiaba un zapato, ella entendía que un nuevo rumbo la esperaba.
Todo iba bien hasta que sintió que cada uno de ellos podían romperse y así quedar ridiculizada frente a los demás.
Cada vez que se cambiaba un zapato, ella entendía que un nuevo rumbo la esperaba.
Todo iba bien hasta que sintió que cada uno de ellos podían romperse y así quedar ridiculizada frente a los demás.
Y pienso en vos y en mí, en las veces que ponemos nuestros ojos y nuestras expectativas en personas, o en cosas o en situaciones que seguramente en algún momento nos van a fallar.
A veces es más fácil extender nuestra mano y tomar lo primero que viene a nosotras, en vez de levantar nuestra mirada y esperar en Dios.
A veces es más fácil extender nuestra mano y tomar lo primero que viene a nosotras, en vez de levantar nuestra mirada y esperar en Dios.
Debemos poner nuestros ojos en Jesús. (Hebreos 12:2)
Debemos vestirnos de la armadura de Dios cada día. (Efesios 6:10-18)
Debemos encomendar a Dios nuestro camino. (Salmos 37:5)
Debemos ser llenos del Espíritu Santo. (Efesios 5:18)
Debemos hacer a Jesús nuestro Salvador. (Juan 3:16)
Debemos vestirnos de la armadura de Dios cada día. (Efesios 6:10-18)
Debemos encomendar a Dios nuestro camino. (Salmos 37:5)
Debemos ser llenos del Espíritu Santo. (Efesios 5:18)
Debemos hacer a Jesús nuestro Salvador. (Juan 3:16)
Para reflexionar:
¿Qué calzado te estás poniendo?
¿En quién o en qué está puesta tu mirada?
¿Te importa más lo qué piensa la gente de vos o lo qué piensa Dios?
¿En dónde está puesta tu confianza?
¿Qué calzado te estás poniendo?
¿En quién o en qué está puesta tu mirada?
¿Te importa más lo qué piensa la gente de vos o lo qué piensa Dios?
¿En dónde está puesta tu confianza?
Tal vez hoy sea el día, para que te animes a quitar de tu vida esos calzados espirituales que no te dejan avanzar al propósito de Dios que tiene para tu vida.
Entregá hoy en las manos de Dios todo tu caminar y renunciá en el nombre de Jesús, a todo aquello que te aleja de su voluntad.
No te olvides.... Jesús es nuestro amigo, acudí siempre a Él:
Juan 15:15 Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.
16 No me escogieron ustedes a Mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
17 Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.
16 No me escogieron ustedes a Mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
17 Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.
¡Bendiciones!
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