miércoles, 3 de abril de 2019

Yo quiero ser una mujer de influencia... ¿Y vos?


Hola, esta mañana vino a mi corazón la palabra influencia.
Y al pensar en influir, viene a mi mente, el poder empatizar, guiar e inspirar a alguien.
Automáticamente recordé el nombre y la historia de varias mujeres de la Biblia que son de gran inspiración.
Por ejemplo:
María la mamá de Jesús, una joven que le creyó a Dios.
Pienso en Loida y Eunice, la mamá y la abuela de Timoteo.
En Ruth, la nuera de Noemí.
En María Magdalena y todas las mujeres que sirvieron al Maestro.
Pienso en la jueza y profetiza Débora.
Viene a mi mente Sara, la esposa de Abraham.
Pienso en Marta y María, amigas de Jesús.
Y por supuesto que hay muchas mujeres más, a las cuales te invito a que puedas buscarlas en la Biblia y leer sobre sus historias.
Cada una de ellas, vivieron en una época diferente, pero que todas ellas, nos dejan enseñanza de amor y lealtad a Dios. Mujeres que sin lugar a dudas nos dejaron huellas de bendición y de enseñanza, a seguir.
Y pienso en nosotras, que por medio de nuestros consejos, basados en la Palabra de Dios. Por medio de nuestras oraciones. A través de nuestro testimonio. Y teniendo cada día una vida conforme al corazón de Dios, llenas del Espíritu Santo; podemos llegar a ser un legado inmenso de bendición para los demás.
Pero también pienso que muchas veces, con un corazón lleno de falta de perdón, enojo, culpa, amargura, tristeza, etc. podemos convertirnos en mujeres de influencia negativa (Hebreos 12:15), contaminando así la vida y el corazón de todos los que están a nuestro alrededor.
Proverbios 14:1 La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. (nvi)
Oremos:
Querido Dios, en este día me arrepiento de todos mis pecados. Te pido ahora que me ayudes a ser una mujer conforme a tu corazón. Quiero ser una mujer que impacte la vida de los demás, que mi vida huela a tu presencia querido Dios.
Renuncio en el nombre de Jesús, a todo lo que me domina y me lleva a ser una mujer que en vez de bendecir, solamente lastimo y daño a los demás.
A partir de hoy, querido Dios, tomo el compromiso de cambiar y convertirme en una mujer de influencia, de inspiración para los demás. Espíritu Santo te necesito, lléname de tu presencia.
En el nombre de Jesús.
¡Bendiciones!

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