miércoles, 18 de marzo de 2020

¡Qué lindo es ser mujer!

Me gusta esta lluvia.
Un poco de mi testimonio y una oración final que te va a ayudar a poder poner en las manos de Dios todas tus ansiedades.

¡Qué lindo es ser mujer!
Que lindo es ser mujer...
Soltarte el cabello al viento.
Mirar hacia el cielo
Y tomar un rico café.

Que lindo es ser mujer...
Despertarte en la mañana.
Mirarte al espejo
Sonreírle a la vida
Y saborear un rico té.

Que lindo es ser mujer...
Ponerte de pié por dentro.
Disfrutar mirando el cielo
Y enviarle a Dios un beso
Entregándole todo tu ser.


Hubo una etapa de mi vida en la que mi autoestima estaba tan baja, que no quería ni siquiera mirarme al espejo. Y mucho menos pensar que alguien me amaba o que Dios quería usarme.
Diferentes situaciones que atravesé fueron formando en mi interior una mujer que nada tenía que ver con el propósito de Dios para mi vida.
Te preguntarás... ¿Qué hice para salirme de esa situación?
Sinceramente al principio no me fue fácil, ya que las estructuras internas que tenía me llevaban a vivir amargada, triste, enferma y con culpa.
Era tan exigente conmigo misma y tan nerviosa e hipersensible, que todo me afectaba.
El repetir ciertos patrones familiares y no animarme a ser libre por temor a decepcionar a alguien, también fueron ataduras que tuve que romper en Jesús.
1 de Pedro 5:6 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.
7 Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
Este pasaje de la Biblia fue clave en mí, entendí que el humillarme ante Dios era reconocerlo como el Señor y el dueño de toda mi vida. Me dí cuenta que había tanto de Tere que gobernaba mis emociones. Entendí la necesidad de menguar para que Jesús crezca en mi interior.
Así que le entregué todo mi ser, toda mi familia, todo mi caminar, todos los problemas en sus manos.
Luego invité al Espíritu Santo a que me ayudara a identificar cada área de mi vida que me causaba ansiedad y en el nombre de Jesús día a día las fui renunciando a cada una de ellas, hasta que me encontré libre y una nueva mujer en las manos de Dios.
¡Claro qué todavía tengo mucho por cambiar, no me puedo descuidar, pero te aseguro que dando el control de tu vida al Espíritu Santo y buscando ser llena de su presencia, te llevará a descubrir tu identidad como mujer en Cristo Jesús!
Oramos:
Dios en el nombre de Jesús te pido perdón por todos mis pecados. Le pido al Espíritu Santo que me revele aquellas áreas en las cuales tengo que ser libre, en las que tengo que cambiar.
Deposito ahora en Jesús, cada una de mis ansiedades, de mis miedos y temores. Renuncio a la culpa, a la falta de perdón, a la amargura, a la soledad, a cada patrón familiar que me ata y no me deja avanzar en fe.
Levanto mis manos al cielo y abro mi corazón para recibir todo lo que Dios tiene para mi vida y mi hogar.
Necesito descubrir, mi identidad de mujer en Cristo Jesús.
Yo también quiero hoy poder decir: ¡Qué lindo es ser mujer!
Amén.
¡Bendiciones!

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