Contagiemos amor y no le pongamos barbijo al corazón.

 

1- Dios nos amó al darnos a su Hijo Jesús. (Juan 3:16)

2- Jesús dio su vida por amor a nosotros. (1 de Pedro 3:18) (Romanos 5:8)

3- Le amamos a Él porque Él nos amó primero. (1 de Juan 4:19)

4- Dios nos manda a amar al prójimo como a nosotros mismos. (Mateo 22:39)

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En esta Navidad, hay alguien que necesita de nuestro amor y del amor de Dios.

Pienso en estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo, con el tema de la pandemia, contagios, aislamientos, etc.

Contagio, contagiar, son palabras ya tan comunes para nosotros, la cual inmediatamente asociamos con enfermedad, con virus, con covid.

Contagiar significa transmitir, y si hacemos un poco de memoria, antes de la pandemia, podíamos decir que alguien nos contagiaba con su entusiasmo, nos transmitía su alegría y nos levantaba el ánimo, etc.

Pero hoy lo único que hablamos es que nos pueden o podemos contagiar de covid a alguien y no estoy menospreciando o restando importancia a la situación, sino por el contrario, pienso que hoy más que nunca debemos cuidarnos y cuidar al otro.

Pero es mi deseo que todo este tema, no nos robe el centro de nuestra Navidad, que es Jesús, su gran e inmenso amor, su salvación, su sanidad, su vida eterna, su restauración, su liberación, etc. para cada uno de nosotros.

Por eso me parece tan importante que podamos entender que si nuestra vida está contagiada de Nuestro Salvador, de su gran amor, sin lugar a dudas nosotros vamos a contagiar a otros, con su amor y con el nuestro.

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¡Hay vida en Jesús, solamente Él se merece la honra!

Usemos barbijo en la boca, pero no le pongamos barbijo al corazón.

Contagiemos amor, llevemos a Jesús a cada vida.

Bendiciones.