Hoy quiero compartirte el siguiente texto de Samuel, el cual siempre toca mi corazón, llevándome a decir... "
Heme aquí Señor Jesús, soy tuya".
1 de Samuel 3:4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
Quiero compartirte estos dos escritos que salieron desde lo más profundo de mi corazón. Son letras pintadas con mi amor y devoción a mi Jesús, al amado Dios que nos ha dado a su Hijo para nuestra salvación y al maravilloso y poderoso Espíritu Santo.
Te necesito cada día como necesito el aire que respiro.
Como necesito el agua para vivir.
Como necesito al sol para calentarme.
Y decirte... Heme aquí Dios divino, tuya soy.
Y decirte... Heme aquí Dios divino, tuya soy.
Te necesito cuan niña en tus brazos descansando.
Cuan mujer en tu presencia para derramarte mi alma.
Y rendirte así mi vida en santidad cada día.
Y decirte... Heme aquí Dios divino, envíame a mí.
Lléname de tu presencia Espíritu Santo.
Lléname de tu unción y de tu poder.
Lléname de tus ríos y de tus fuentes.
Lléname de Tí precioso Dios.
Satúrame con tu aceite santo.
Satúrame con tu majestad.
Satúrame con tu presencia divina.
Y llena mi boca con tu verdad.
Te amo Jesús: Tere.
Amado y precioso Dios, venimos ante tu presencia en el nombre de Jesús para pedirte perdón por nuestros pecados. Cubrimos nuestra vida y nuestra familia con la sangre de Cristo. Te pedimos hoy que la presencia del Espíritu Santo nos inunde y nos lleve por medio de Jesús a tomar nuestra victoria, nuestro milagro.
Amado Dios he aquí nuestra vida, queremos responder a tu llamado así como lo hizo Samuel y tantos siervos y siervas tuyas, por eso hoy te decimos... Heme aquí amado y poderoso Dios.
Espíritu Santo te necesitamos, renunciamos en Cristo Jesús a toda carga y toda preocupación que en este día se interpone en nuestra vida y que nos roba la paz y la esperanza.
Te amos y levantamos nuestros brazos al cielo declarando que tu favor rodea nuestra vida y nuestro hogar.
Amén.
Con cariño: Tere.
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