¡Cuántos desafíos tenemos por delante!
No quiero detenerme a pensar en las cosas que no hice en este mes que ya se nos va, porque sino me generarían ansiedad y tal vez culpa.
Simplemente quiero agradecer a Dios por haberme acompañado y ayudado a vivir de su mano todo el mes de septiembre y sé que de igual manera lo hará en octubre.
Tengo muchas oraciones que aún mi Señor no me ha contestado, pero tengo un montón que sí lo hizo.
Pero como siempre digo, no sigo a Jesús por lo que me da sino por lo que Él es. Y mi corazón se deleita en Dios sabiendo que a su tiempo me dará las peticiones de mi corazón.
Salmo 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y Él te concederá las peticiones de tu corazón. |
5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en Él; y Él hará.
Dios hizo este día y nos está dando el privilegio y la oportunidad de vivirlo.
En lo personal elijo llevarlo adelante tomada de su mano, de sus promesas divina, confiando en que tiene planes de bien y de paz para mí y mi hogar.
Oremos:
Amado Dios, en primer lugar venimos ante Tí en el nombre de Jesús y te pedimos perdón por nuestros pecados, nos arrepentimos de ellos.
Te pedimos Padre amado que tu Espíritu Santo sea derramado sobre nuestra vida y nuestra familia, que tu presencia nos inunde y nos lleve a vivir por medio de Cristo Jesús una vida en victoria y en paz.
Señor, gracias por este día de vida, gracias por este mes de septiembre que ya termina. Te rogamos que el mes de octubre sea un mes de nuevos comienzos en Tí, que tu favor nos rodee y que derrames de tu sabiduría para que podamos tomar decisiones sabias.
Te consagramos nuestra vida, nuestro hogar y nos cubrimos con la sangre de Cristo Jesús.
Padre bendito, te rogamos en el nombre de Jesús que traigas paz y amor a cada hogar, que derrames de tu poder en cada familia, trayendo salvación y restauración. Te pedimos que en esta semana podamos ver de tus milagros y maravillas, que estés salvando, sanando, liberando, restaurando y prosperando a cada hijo/a tuyo.
Señor ayúdanos a deleitarnos en Tí a pesar de los problemas y dificultades, renunciamos en Cristo Jesús a toda incredulidad, a todo temor, a toda desesperación y angustia, sabiendo que ninguna oración vuelve vacía.
Te damos las gracias por estar a nuestro lado, por amarnos y por cuidarnos cada día.
Usa nuestras vidas, glorifícate en nuestras familias, úngenos para llevar tu Palabra y que en el nombre de Jesús hagamos proezas para la gloria de Dios.
Amén.
Con cariño: Tere.
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