Hola... ¿Cómo estás? Gracias a Dios un día más podemos estar juntos compartiendo las maravillas de nuestro amado Jesús.
Salmo 103:1 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. |
2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. |
3 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; |
4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; |
5 El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila. |
6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia. |
Padre amado, venimos ante tu presencia en este día, para pedirte en el nombre de Jesús que perdones nuestros pecados.
Señor del cielo y de la tierra, deseamos que la bendita y poderosa presencia del Espíritu Santo nos transforme en este último jueves de febrero.
Señor del cielo y de la tierra, deseamos que la bendita y poderosa presencia del Espíritu Santo nos transforme en este último jueves de febrero.
Deseamos hacer tu voluntad, deseamos y anhelamos pasar tiempo contigo.
Dios, Padre poderoso, cubrimos nuestra vida y la de nuestra familia con la sangre de Cristo.
Declaramos que terminaremos este mes de febrero en victoria.
Derramá sobre nosotros espíritu de sabiduría, de amor, de poder y de dominio propio.
Declaramos que terminaremos este mes de febrero en victoria.
Derramá sobre nosotros espíritu de sabiduría, de amor, de poder y de dominio propio.
Que podamos llevar almas necesitadas de Tí ante tus pies. Queremos ser siervos fieles y aprobados, llenos de tu presencia, inundados de compasión, de amor, de fidelidad.
Llena nuestra boca de tu alabanza, derrama de tu sanidad a cada vida, trae por favor restauración a cada hogar.
Renunciamos en Cristo Jesús a todo lo que nos aparta de tu presencia y tomamos el compromiso de leer tu Palabra, de estar más tiempo orando, adorándote y contemplando tu majestad. Tomamos el compromiso de vivir en obediencia y en santidad, sabiendo que Tú aumentarás nuestras fuerzas como la de un búfalo, que nos llevarás a las alturas como las águilas, para contemplar allí tu hermosura.
Levantamos nuestras manos al cielo y declaramos este Salmo 103 para nuestra vida y familia, creyendo que Tú perdonas nuestras iniquidades, que sanas nuestras dolencias, que nos rescatas del hoyo, de la angustia, de la desesperación y nos das vida abundante en Cristo Jesús.
Nos da gozo saber que nos coronas de favores y misericordias, que hoy vas a llenar nuestra boca de bien. Gracias porque Tú vas delante nuestro haciendo justicia.
Bendice a cada vida, cada familia, cada barrio, cada ciudad y cada nación, en el nombre de Jesús. Amén.
Con cariño: Tere.
¡Qué Dios te bendiga!
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