Recuerdo perfectamente aquella mañana en la que estaba leyendo este pasaje bíblico.... Gálatas 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, | ||
20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, | ||
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mientras lo leía, me daba cuenta que algunas de estas obras de la carne, estaban bien firmes en el corazón de una persona, la cual me encontraba pasando un difícil momento, ya que su manera alterada de ser, estaba perturbando la mía. Así que leía, y decía... ¡Señor esta obra de la carne está en ella y esta también!! ¿Verdad qué nos es más fácil ver los defectos de los demás, antes qué los nuestros? ja,ja, y eso me pasó a mí. Pero gloria a Dios que su Palabra es un espejo, la cual nos refleja lo que hay en nuestra alma, lo que está guardado en lo profundo de nuestro corazón. Así que el Espíritu Santo con toda su ternura abrió mis ojos espirituales y ví como la enemistad quería anidar en mi corazón. A Dios lo que le interesa es que tengamos un corazón sano, un corazón perdonador, un corazón compasivo. Él desea que pesemos nuestra vida a la luz de su Palabra, que reconozcamos nuestros errores y seamos rápidos en perdonar y cambiar el rumbo de nuestra vida. Le agradecí tanto a Dios aquella mañana, ya que se había llevado de mí, todo deseo de venganza y justicia. A veces sin darnos cuenta, nos vamos enredando en el temperamento o en la dificultad de la otra persona y comenzamos a amargarnos y a angustiarnos, perdiendo el gozo. Pero la Biblia nos enseña que nuestros ojos deben estar puestos en Jesús. (Hebreos 12:2) Si supieran en ese entonces cuánto clamé a Dios por lo que me pasaba, le decía a mi esposo, orá por mí, siento que solo falta una gotita para que rebalse el vaso, siento que voy a explotar con todo esto y me desconozco, no quiero ser así. Y Dios es fiel, siempre ve nuestro corazón y viene a nuestro socorro. No sé por la situación que estás atravesando, pero esta palabra recordó Dios en mí para comenzar el mes de junio. Desechemos las obras de la carne y vivamos bajo el fruto del espíritu.
Con cariño: Tere. ¡Qué Dios te bendiga! |
lunes, 1 de junio de 2015
"UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN PARA COMENZAR JUNIO" "NO ES CON LA CARNE..."
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