miércoles, 13 de julio de 2016
NO ES LLORANDO, NI GRITANDO, NI SUFRIENDO, NI HACIENDO LA MEJOR ORACIÓN.... SINO ES CON FE
Santiago 1:6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
A veces pensamos que vamos a mover la mano de Dios conforme a la oración más espiritual que haremos. Pensamos que cuanto más lloramos y nos victimizamos vamos a conmover a Dios. Otras veces intentamos justificarnos por alguna injusticia vivida, creyendo que así Dios se va a compadecer y nos va a conceder nuestra petición.
Pero sin embargo su Palabra nos enseña que debemos pedir con fe y no dudando nada.
Las palabras claves: fe y no dudar.
Y nos advierte que quienes dudan son semejante a la onda del mar que va de un lado a otro arrastrada por el viento.
Hoy te pregunto:
¿Qué vientos están moviendo tu vida qué te están llevando a dudar de las promesas de Dios?
Tal vez vientos de crítica, chisme, falta de perdón, desesperanza, falta de fe, incredulidad, autocompasión, idolatría, otras personas que influyen en tu vida sacándote de la presencia de Dios, queja, culpa, amargura, temas no resueltos, relaciones rotas, pornografía, malas palabras, adulterio, fornicación, etc.
Volvamos a leer y meditar en este texto de Santiago 1:6 y vayamos a la presencia de Dios. Y en el nombre de Jesús renunciemos a todo lo que nos roba la fe. Y dejemos que el Espíritu Santo nos llene de su presencia.
¿Podemos unirnos hoy y decirle a Dios?... Padre amado, en el nombre de Jesús, auméntanos la fe, ayuda a nuestra incredulidad, rompe todo yugo de esclavitud y derrama de tu unción en cada vida, amén.
Reflexión final:
A menudo escucho a personas que te dicen: Yo quiero tener la presencia de Dios pero no la siento.
Yo quiero que Dios me use, pero no sé por qué no lo hace.
Yo quiero que me vaya bien pero todo está peor, etc. etc. y miles de etc.
Pero sin embargo no reparan en algo fundamental, para tener unción hay que morir a uno mismo. Hay que menguar para que Cristo crezca en nosotros, hay que pasar tiempo a solas con el Esp. Sto. mientras otros miran la tele, viven en el Face viendo la vida de los demás todo el tiempo. Etc.
Es entonces que debemos preguntarnos:
¿A dónde están puestas nuestras prioridades?
Pensemos juntos:
¿Queremos ser usados por Dios? ¿Queremos oraciones contestadas?
¿Queremos la unción del Espíritu Santo?
Debemos entonces invertir tiempo de calidad en leer la Biblia, en orar con fe, en renunciar en el nombre de Jesús a todo lo que nos ata. Y anhelar con toda el alma, el corazón, el cuerpo y el espíritu, ser investidos y ser llenos del Espíritu Santo. Él nos dará poder para vencer.
No es fácil, es un trabajo diario, paso a paso. Pero tenemos un Dios grande y poderoso, que nos ama y desea nuestro bien.
Ultima reflexión:
Hebreos12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
¿Tenés paz con Dios, con vos mismo/a y con los demás?
¿Estás viviendo en santidad?
No pases por alto este texto donde claramente nos enseña que sin santidad nadie verá al Señor.
Cristo nos dejó huellas a seguir, Él vivió en santidad, y en Él está nuestra victoria.
Con cariño: Tere.
¡Bendiciones!
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