Sabrina detuvo su mundo por un instante, ya que entendió que su vida tan agitada no podía seguir sin Dios.
Se preparó un sabroso café, se quitó su calzado, se colocó sus lentes y la Biblia en sus manos tomó.
Comenzó a leer sobre Jesús, ese Jesús amado que un día había cautivado su corazón.
Y entendió así cuánto lo había dejado de lado, comprendió que corría y vivía sin consultar a Dios.
Y cuando ella se permitió tomarse un momento para buscar de Cristo, en su interior estas palabras le dijo a Dios:
__ Estoy aquí...
Y como en un susurro suave pero a la vez poderoso, cuan Padre amoroso en su corazón le respondió:
__ Estoy aquí...
Cuando nos disponemos a buscar de Dios, le estamos diciendo a Él cuán importante es para nuestra vida; y por consiguiente, le estamos diciendo que estamos aquí, esperando su presencia y dándole el primer lugar en nuestro corazón.
Y lo más maravilloso es darnos cuenta que cada vez que le decimos a Dios que estamos aquí, Él nos sorprende con su amor, porque siempre estuvo allí para esperarnos a nosotros.
Génesis 28:15 Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido.(NVI)
Isaías 41:10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (NVI)
Bendiciones.
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