Hola, estaba leyendo mi libro y esta frase cautivó mi corazón. Me puse a pensar en todas las actividades que efectuamos en esta cuarentena.
Quienes trabajan desde sus hogares, sé que la demanda de tiempo es mayor que cuando iban a su lugar de trabajo. Y ni hablar cuando vamos a hacer las comprar, el desinfectar todo, es un tiempo extra que antes ni se nos pasaba por la cabeza.
Quienes están estudiando, quienes tienen a toda su familia en casa, quienes sus hijos están todo el día online viendo las actividades que les dan en el colegio, etc. y miles de etc. jaja.
Y ni hablar de quienes están solas, donde la tristeza, la incertidumbre y la angustia invade su ser.
Toda esta situación viene y nos abruma, haciéndonos pensar por momentos que esto va a durar toda la vida.
No demos lugar a esos pensamientos que lejos está de la Palabra de Dios.
Debemos tomar los recaudos para cuidarnos, guardar la distancia social, usar tapaboca, lavarnos las manos, desinfectar todo, entre otras cosas.
Pero jamás debemos perder la esperanza y la fe, de ver lo que Dios hará, sabiendo que Él nos guarda y se va a glorificar.
Y es por eso que no puedo dejar de preguntarnos... ¿Cuándo vamos a detenernos un segundo, para descansar, para reflexionar, para orar, para leer la Biblia y para recostarnos en el pecho de Jesús, dejando que su amor nos envuelta, nos renueve, nos acaricie el corazón y nos sane el alma?
Hoy es el día indicado, para tomarnos un tiempo a solas con Él, para decirle cuanto lo amamos, cuanto deseamos ser abrazadas por su amor y su presencia.
¡Bendiciones!
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