martes, 10 de noviembre de 2020

¿Qué ves cuándo te mirás al espejo?

 




1 de Samuel 16:7 La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.

Que importante es tener en claro que Dios siempre está pendiente de nuestro corazón. De todo aquello que nos pasa. Nuestro corazón marca quienes somos y cómo estamos.

Hebreos 12:2 nos enseña a que debemos poner nuestros ojos en Jesús.

Sin lugar a dudas muchas veces resulta difícil cuando nos miramos con nuestros propios lentes.


Salmos 25:16 Vuelve a mí tu rostro y tenme compasión, pues me encuentro solo y afligido. 
17 Crecen las angustias de mi corazón; líbrame de mis tribulaciones.

El rey David en primer lugar acude a Dios pidiendo compasión por su situación, Él pudo identificar lo que le estaba pasando, sentía soledad, aflicción, angustia, estaba en tribulación.

Finalmente termina el versículo pidiendo que lo libre de sus tribulaciones (adversidad que pasa una persona).

Dios quiere que sepas que no estás sola, pero satanás sí intentará hacerte creer que lo estás.

Dios tiene propósitos para tu vida.

Isaías 60:1 "¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!

Resplandecer (Drae): Despedir rayos de luz.

Sobresalir, aventajarse en algo.

Reflejar gran alegría o satisfacción.

Es interesante ver que la Palabra de Dios nos anima a resplandecer, pero primeramente nos llama a levantarnos.

Levantarnos, quiere decir que podemos estar acostadas, inclinadas, agachadas, sentadas, pero justamente lo que no estamos es erguidas.

Debemos identificar de qué nos tenemos que levantar.

Tal vez de una situación difícil, de una enfermedad, de una mala relación, de un desengaño amoroso, de malas decisiones, de la soledad, la duda, la culpa, la falta de perdón, etc.

Cuándo nos invaden todos estos pensamientos, debemos identificarlos y preguntarnos:

¿Realmente estos pensamientos vienen de Dios? 
¡Claro qué estos pensamientos no vienen de Dios! Él siempre tiene planes de paz, de bienestar, de amor, de nuevos comienzos, para nosotras. 

Levantarnos nos habla de ponernos de pié, de incorporarnos, de reconocer nuestra condición y decir… ¡Basta, hasta acá llegamos, nos vamos a levanta en Cristo Jesús, porque de Él viene nuestra fortaleza!

Tenemos que levantarnos hoy de nuestra situación y resplandecer.

Oramos:

Dios, en el nombre de Jesús te entregamos toda nuestra vida en tus manos.
Renunciamos a todo lo que nos lleva a estar encorvadas, tiradas, agachadas, emocionalmente y espiritualmente.
Espíritu Santo te pedimos que estés llenando cada área de nuestra vida, necesitamos levantarnos y resplandecer en tu poder, en tu amor y en tu unción.
Ayúdanos a vernos como vos nos ves. 
Te damos las gracias porque vos no mirás nuestro exterior, sino vos siempre mirás y sanás nuestro corazón.

Amén.

¡Bendiciones!

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