viernes, 2 de junio de 2017

PARA ESTE VIERNES...




ENTRE PREGUNTAS Y REFLEXIÓN, VAMOS DE LA MANO DE DIOS.
¿Dónde está mi mayor victoria?
¿Cuál es el mejor momento de mi vida?
¿En los brazos de quién consigo calmar mi alma?
¿A dónde escondo mi corazón cada día?
¿A dónde consigo mi victoria y en dónde es mi fe aumentada?
La respuesta es simple:
Cada día que cierro la puerta de mi habitación y me quedo a solas con el Espíritu Santo de Dios.
Porque allí es donde Tere va muriendo, su carne mengua, sus emociones son alineadas, su espíritu es vivificado.
Cuando abro la Palabra de Dios, la Santa Biblia, es un espejo para mí que me refleja el estado de mi corazón, de mi alma. Y quedo tan expuesta ante el amor y la soberanía de Dios que mi único deseo es agradarle y que en mí se contente.
Sé que me falta mucho por lograr y cambiar, pero también sé que Dios a trabajado en mi vida y me ha roto una y otra vez, como el barro es trabajado en las manos del alfarero.
Cuando estamos a solas con Dios y le entregamos todo nuestro corazón. Él nos habla, nos alienta, nos aconseja, nos restaura, nos sana, nos capacita y nos lleva a caminar en el dulce amor y corazón de Jesús.
Salmo 32:8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
¡Qué tengas un fin de semana bendecido y qué cada día programes una cita de amor, con el dador de tu vida, Jesús el Deseado, el León de la Tribu de Judá!
¡A Él sea la gloria!!
Besos.

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