viernes, 17 de noviembre de 2017

LA TRISTEZA


Tristeza: Sentimiento de dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto.

La tristeza es parte de la vida, no la podemos evitar, pero podemos manejarla para disminuirla o eliminarla.

Es la respuesta natural ante las situaciones dolorosas, que todos vivimos.

Es una sensación de decaimiento de nuestro estado de ánimo, un sentimiento de vacío, que tiene las siguientes características:
Resulta de una herida o de una perdida de cualquier tipo.
La persona está consciente de la causa. No así con la depresión.
Casi siempre es pasajera, a menos que nosotros, con nuestra forma de pensar, la mantengamos o la aumentemos.
La persona puede seguir funcionando adecuadamente. (Tareas diarias)
Termina cuando la persona soluciona su situación o cuando modifica sus pensamientos y su actitud ante la vida.
Nos indica que algo está sucediendo en nuestra vida, que nos está afectando negativamente y necesitamos solucionar o cambiar.
La tristeza no es una enfermedad mental, es una emoción que puede durar unos pocos minutos, unos días o estar presente de forma intermitente durante años. (Depresión si es una enfermedad)

 FACTORES QUE NOS TRAEN TRISTEZA:
Patrones familiares: Familias marcadas por la tristeza.
Problemas en la niñez: Maltratos, abusos, rechazos, abandono, desprecios, etc.
Una relación conflictiva del pasado sin solucionar: pareja, amistades, familiares, laborales, espirituales, etc.
Rutina y ausencia en el matrimonio: Se ven poco, trabajan todo el día, falta de comunicación, de intimidad sexual, etc.
El no poder desarrollarte personalmente: estudiar, trabajar, servir a Dios, etc. Dando así la sensación de encierro y pensar que siempre vamos a tener que priorizar lo demás.
Un accidente, una enfermedad, la pérdida de un ser querido, un fracaso, un robo, una mala decisión, etc.

La tristeza está dentro de la amargura:

Amargura: Disgusto o tristeza, especialmente por no haber podido satisfacer una necesidad o un deseo, sentimiento prolongado de frustración o resentimiento.

Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

Nuestra tristeza, nuestra amargura, nuestra frustración, nuestra falta de perdón y enojo, siempre se reflejan en nuestro rostro; y siempre vamos a contaminar a nuestro alrededor. Abriendo así puertas al enemigo de nuestra alma.
La tristeza, la amargura nos llevan a perder la paz  y como consecuencia nuestra vida espiritual se ve afectada. Estamos nerviosas, desganadas, enojadas, no tenemos ganas de orar y leer la Biblia, no nos importa venir a la Iglesia.
Nos enojamos con nuestra familia, no nos arreglamos, etc.
Estamos tristes y nos creemos con el derecho de estar tristes y no nos damos cuentas que Dios jamás quiere eso para nosotras. Él nos rescata del hoyo, dejémoslo obrar en nuestro corazón.

Dios por medio de su Palabra nos manda a despojarnos de:

Efesios 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Oración:
Padre en el nombre de Jesús, renuncio a toda tristeza, a toda amargura, desgano, resentimiento, rechazo, angustia,  etc. que hay en mi vida.
Me declaro libre ahora en el poderoso nombre de Jesús.
Espíritu Santo llená mi vida de tu presencia, te necesito y necesito conocerte más.
Gracias Dios, porque ninguna oración vuelve vacía, y sé que nuevas son en Ti cada mañana sobre mi vida y mi familia.
Tu Palabra dice que grande es tu fidelidad en nosotros y yo lo creo.
Amén.



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