CUANDO NO QUERÉS SALIR DE LA CAMA
DERRIBADA PERO NO DESTRUIDA.
2 de Corintios 4:8 Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;
9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.
Al leer este texto biblico, venían a mi mente las siguientes preguntas:
¿Cuántas veces por diferentes situaciones de la vida, nos sentimos derribadas, abatidas, cansadas, desesperadas?
¿Cuántas veces no queremos salir de la cama; y por ende, nos tapamos con las sábanas para no ver así el sol que se asoma anunciándonos el comienzo de un nuevo día?
¿Cuántas veces vemos nuestros problemas, cómo enormes gigantes, haciéndonos sentir qué estamos derribadas y qué ya nada será igual?
Y así, podría seguir formulando un sinfín de preguntas, las cuales algunas tienen respuestas; pero quizás otras se enquistaron de tal manera en nuestro corazón, que nos llevan a vivir derribadas y postradas ante el temor y la culpa.
Estar o sentirse derribado por algo, es momentáneo. Pero estar destruído, eso me habla de algo o alguien que me hizo pedazos, que me inutilizó. Y eso no es bíblico para los hijos de Dios. Porque la Biblia me advierte que en diferentes ocasiones puedo estar atribulada, perseguida, derribada.
¡Pero destruida, abatida y abandonada, jamás!!!
La Biblia, nos enseña:
Que somos más que vencedores en Cristo Jesús. (Romanos 8:37)
Que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. (Filipenses 4:13)
Que el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Romanos 8:26)
Que Jesús es nuestro buen pastor y nunca nos dejará. (Salmo 23)
Que Dios nos ama tanto que nos dio a Jesús para salvación y vida eterna. (Isaías 53:
Y podría enumerar tantos, pero tantos textos bíblicos que nos recuerdan el infinito amor de Dios, cuan Padre bueno, extendiendo su mano de poder para amarnos, cuidarnos y restaurarnos.
No estamos nunca en Cristo Jesús destruidos, eso es una mentira de satanás para alejarnos de la presencia de Dios.
No te enojes con Jesús, no niegues tu fe en Él. Llená tu vida de la Palabra de Dios, llená de fe tu corazón. Llená tu vida de la presencia del Espíritu Santo.
Y así, puestos los ojos en Jesús, (Hebreos 12:2) vas a poder levantarte en Cristo Jesús y resplandecer en Él. (Isaías 60:1)
No te olvides.... ¡Jamás un hijo, una hija de Dios, está destruido!!
¡Jesús te ama y en El está el poder para conquistar en el plano sobrenatural tu milagro!
¡Bendiciones!
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