viernes, 16 de marzo de 2018

Reflexión.... ¿Rencillosa yo? ¡Imposible!!!




Hola... ¿Cómo están?
Si te pregunto como te ven los demás... ¿Qué me contestarías? ¿Amorosa o rencillosa?
Rencillosa:
Es aquella mujer que discute por cualquier cosa, quitando así la paz de todos los que la rodean.
Ve siempre lo malo de los demás, y solo destaca lo bueno que hace ella.
Es insistente cuando quiere algo, es como una gotera que cae, cae y cae el agua hasta el punto de ya no poder soportar escucharla.
Es alguien que hace de toda situación un campo de batalla.
Y así podría enumerar muchas actitudes, pero ese no es el fin, sino por el contrario, es poder en este día encontrar libertad en el nombre de Jesús.
¡Cuántas veces repetimos patrones familiares!
Vidas y familias enteras, marcadas por un matriarcado que delega actitudes que nada tiene que ver con lo que la Palabra de Dios nos enseña.
Mujeres que se imponen a cualquier precio, que no miden las consecuencias de sus decisiones y actitudes; que gritan, que se enojan, porque su abuela, madre, tías, etc. eran así. Y eso fue lo que aprendieron y eso es lo que hoy amadas amigas,hay que desaprender, para que podamos ser las mujeres que Dios desea que seamos.
¡Cuántas mujeres dijeron qué no iban a repetir historias de sus familias y hoy se encuentran haciendo lo mismo!
No somos llamadas a repetir patrones familiares, no somos llamadas a vivir bajo la opresión y el dominio de nadie. Y tampoco los que nos rodean, son llamados a vivir bajo nuestro dominio, rencillas, etc.
Somos llamadas a ser libres en el nombre de Jesús.
Voy a guiarte en oración:
Dios, en el nombre de Jesús, te pido perdón por todos mis pecados. Amado Dios quiero cambiar. Necesito ser la mujer que vos querés que sea. 
En el nombre de Jesús, renuncio a todo matriarcado, a todo patrón familiar y a todo lo que me lleva a ser autoritaria, rencillosa, dominante, gritona, amargada, orgullosa, triste, con miedos, con frustraciones, etc. Renuncio a toda rencilla en el nombre de Jesús.
Perdono a quienes me han llevado a ser así y me perdono por ser así. Pido perdón a quienes estoy dañando con esta actitud.
Levanto mis manos al cielo, abro mi corazón a Ti y te doy el control de mi vida.
Jesús confieso que sos mi Salvador y también el Señor de mi vida. Ayúdame a cambiar Espíritu Santo te necesito, amén.
¡Bendiciones!

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