Según el Drae, la melancolía es una tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que quien la padece no encuentre gusto ni diversión de nada.
La angustia abate el alma, trae temor y hace nido en el corazón.
No debemos dar lugar a esos sentimientos, sino por el contrario, debemos leer la Biblia, porque allí encontramos descanso para nuestra alma.
En lo personal, el Salmo 121 me ha sido y me es de gran ayuda. Saber que alzar mis ojos en oración, da paz a mi alma, porque mi socorro y mi ayuda viene de Dios. Un Dios poderoso y amoroso que no duerme, sino que por el contrario siempre está dispuesto a escuchar nuestro clamor.
Dios nos está invitando a darle el control de nuestro corazón.
Si en esta cuarentena, la melancolía está ahogando tu ser, te invito a hacer esta oración:
Querido Dios, en el nombre de Jesús te entrego toda mi vida y mi familia en tus manos, sabiendo que vos tenés planes de bien para cada uno. Renuncio ahora a toda melancolía, angustia, temor e incertidumbre que rodea mi vida y mi hogar. Espíritu Santo te pido que llenes mi corazón de tu presencia, te necesito, amén.
¡Bendiciones!
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