No te olvides al salir de ponerte tu barbijo, tu tapaboca.
Recuerdo hace unos años atrás cuando estaba tan enferma en la cama y el Espíritu Santo habló a mi corazón con estas palabras:
_ Tere, quedate con el canto de los pájaros.
Les puedo asegurar que desde aquel día hasta el día de hoy, el escuchar el canto de los pájaros es un bálsamo a mis oídos.
Ir a la mañana a este hermoso lugar, el estar en contacto con la naturaleza, el escuchar la variedad de canto de los pájaros, hace elevar mi corazón de gratitud a Dios.
No sé por la situación que estás atravesando, pero en este día, te invito a cerrar tus ojos y a permitirte escuchar el canto de las aves, susurrando a tus oídos, melodías de amor de Dios nuestro creador.
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