Hola... ¿cómo están?
Con mi esposo el mes pasado cumplimos treinta y un años de casados, nos conocemos desde pequeños, así que llevamos toda una vida juntos.
Y en este caminar, hemos pasado por un sinfín de situaciones. Algunas muy buenas, otras no tantas. Algunas edificantes, otras destructoras. Pero siempre, siempre, siempre hemos visto la mano de Dios sosteniendo nuestras vidas y hogar.
Mirar hacia atrás y poder ver la fidelidad de Dios en nosotros me llena de alegría el corazón.
Dios nos ha restaurado de manera personal, matrimonial y familiar. Por eso te aliento y te animo a que puedas creer en este Dios maravilloso experto en resolver nuestros imposibles. Esos imposibles que al reconocerlos los soltamos y los ponemos en sus manos de amor.
Te envío cariños y bendiciones.
Tere.
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