Estaba pensando en el estado de ansiedad que suele invadirnos en esta fecha del año.
De repente, nos damos cuenta que los casi 365 días del año, se volaron tan rápido que casi no pudimos ni verlo.
El tema de la pandemia nos hizo vivir un año diferente, algo al cual no estábamos acostumbrados.
Muchos en estos días, piensan en el año 2020, como queriendo retenerlo, para poder así hacer todo lo que en el año no hicieron.
Otros desean que pase este año tan rápido como sea posible.
En lo personal, no quiero terminar este año corriendo de un lado hacia otro.
Ni tampoco quiero terminarlo con un sentimiento de nostalgia por todo lo que pasó y por todo lo que no logré hacer.
Sino por el contrario, mi deseo es que seamos agradecidos con Dios por su fidelidad, la cual perdura en nuestra vida para siempre.
Me y nos pregunto… ¿Qué tanto estamos corriendo, o qué tanto se nos fue este año, qué tal vez no hemos podido parar un minuto para pasar un tiempo de calidad a solas con Dios?
¡Qué triste sería, si al terminar este año, nos damos cuenta que no nos detuvimos ni un minuto para decirle a Dios cuánto lo amamos!
Hay que detenerse, hay que parar, hay que poner nuestra vida, familia y proyectos en las manos de Dios.
Proverbios 16:3 Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
Oramos:
Señor te damos gracias por este año 2020, gracias porque tu mano de amor, de poder, de fidelidad ha estado con cada uno de nosotros.
Renunciamos en el nombre de Jesús a toda ansiedad, preocupación, melancolía, incertidumbre, temor, que quizás esté gobernando nuestras vidas.
Ponemos en tus manos este último tramo del año 2020 y te entregamos el 2021 para vivirlo bajo tu voluntad.
Te amamos.
Amén.
¡Bendiciones!
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