Esta mañana me asomé al balcón, miré al cielo y me puse a pensar. Pensé en las veces que por años no pude ni siquiera asomarme a mi ventana, ya que no soportaba ver la luz. Pensé en las veces que vivía con mi cabeza gacha, ya que los fuertes dolores de cabeza no me dejaban levantar mi mirada. Sinceramente hoy pensaba escribir sobre otros temas, pero al sentarme en la computadora, de repente sentí la necesidad inmensa de alentar a aquella persona que está padeciendo, que está bajo una situación límite en su vida y que no sabe que hacer. Tal vez sentís que nunca más vas a levantar tu cabeza y mirar al cielo, como me pasó a mí muchas veces, pero cuando Dios obra, a su tiempo, te aseguro que hace nuevas todas las cosas, aunque humanamente nos parezca imposible.
Necesité muchas veces que el Espíritu Santo me enseñara a mirar con los ojos de la fe, porque cuando sentía tantos dolores y cuando todo parecía perecer delante de mí, era muy difícil salir adelante, pero justo ahí es cuando viene Él, el más maravilloso y precioso maestro, Jesucristo de Nazareth y como digo siempre, aprendí que en Él están mis fuerzas, en Él están mis tiempos, que en Él está mi victoria.
Pensaba también en que muchas veces se acercaban personas a mí, justo cuando yo más sentía que confiaba en Dios y me decían:
__Y todavía no te sanó, todavía estás igual, tenés que tener fe.
Oh!!! qué horrible es qué alguien te ponga en tus espaldas una carga así!!! Lloraba tanto ante esos juicios, quería explicar que sí tenía fe, pero que estaba esperando el tiempo y la voluntad de Dios, pero evidentemente todo eso afectaba mi interior.
Hasta que El Espíritu Santo habló a mi corazón:
__Tere puesto los ojos en Jesús, no en lo que te digan, no en tu situación, sino en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Hebreos 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,........
No sé cual es tu situación, ni a qué distancia estás, en qué país, o cómo es tu vida, lo qué sí sé, es qué Jesús te ama y desea obrar en tu corazón, Él desea tu felicidad!!!
Si nunca le diste tu corazón a Jesús, repetí con todo tu corazón estas palabras:
Dios en el nombre de Jesús me arrepiento de todos mis pecados, reconozco a Jesús como mi Señor y Salvador, lo recibo en mi corazón ahora, anotá mi nombre en el Libro de la vida.
Espíritu Santo te pido que me llenes de tu presencia.
Padre Dios anhelo seguirte y hacer tu voluntad.Amén.
Si ya recibiste a Jesús hace tiempo, pero estás mal, te sentís lejos de Dios, repetí con tu corazón estas palabras:
Padre Dios en el nombre de Jesús, te pido perdón por haberme alejado de tus caminos, te pido que me perdones, que me restaures y que me llenes de tu Santo Espíritu. Desde ahora voy a leer tu Palabra, voy a orar, voy a congregarme y a vivir una vida bajo tu voluntad, en santidad y en amor. Amén.
Si estás padeciendo una enfermedad o una situación difícil, decile a Dios con todo tu corazón:
Padre querido, en el nombre de Jesús te pido que me ayudes, te pido que me sanes y que aumentes mi fe, te pido que me enseñes a mirar con los ojos de la fe y a esperar tus tiempos y tu voluntad.
Señor en este día cierro mis oídos a toda palabra que venga a desanimar mi vida, declaro que en Cristo Jesús está mi fortaleza, mi victoria y mi bendición.
Espíritu Santo llename con tu unción, con tu paz, con tu amor, con tu poder, para poder tomarme bien fuerte de tu mano y poder mirar a través de los ojos de Jesús.
Señor gracias por tu fidelidad, gracias porque ninguna oración vuelve vacía y en este día te entrego todo peso que atormenta mi corazón, descanso en Tí. Amén.
Estás oraciones son para que te guíes, lo importante es que entiendas que orar es hablar con Dios, entonces lo que importa no es un modelo específico de oración y terminar repitíendola como si fuera un amuleto.
Lo que tenés que hacer es abrir tu corazón a Dios, decirle lo que te pasa, entregarle tu vida, pedirle, amarlo y dejar que su Santo Espíritu te llene y te conduzca a su verdad, esa verdad está en la Biblia, esa verdad es Jesús.
Con cariño: Tere.
!Qué Dios te bendiga!