Hay muchos versículos bíblicos que nos relatan que la mano es un instrumento de poder, de protección, de sanidad, de dirección y de consuelo.
La mano de Dios, es una mano protectora, una mano de un Papá que ama a sus hijos y los dirige por el camino correcto.
Por ejemplo:
Podemos ver que la mano de Dios nos protege.
Salmo 91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
La mano de Dios nos fortalece, nos guía, nos alienta, nos
ayuda.
Isaías
41:10
No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia.
La
mano de Dios cambia nuestro lenguaje.
Jeremías
1:9
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto
mis palabras en tu boca.
La
mano de Dios siempre está extendida para bendecirnos.
Isaías
59:1
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado
su oído para oír;
La mano de Dios siempre nos sujeta y necesita tu
sujeción.
San
Juan 10:27
Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen,10:28 y Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
La mano de Dios está extendida para sanarnos, para obrar en nuestros imposibles, para darnos señales y maravillas por medio de Cristo Jesús.
Hechos 4:30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús
Las manos de Jesús nos muestra su amor y su sacrificio en la cruz.
San Juan 20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
En este texto vemos las manos en
acción, las manos de Jesús mostrando su sacrificio por nosotros, habiendo dado
su vida para que tengamos salvación y vida eterna, nos lleva grabados en sus
manos, ese amor tan puro es para nosotros. Y luego las manos de Tomás, un
hombre que necesitaba ver para creer y Jesús le invitaba a que ponga sus manos
y toque las marcas de las heridas y lo incita a creer, a tener fe.
Lo mismo hace con nosotros hoy, Él
nos tiene en sus manos, pero nosotros debemos tomarnos de Él.
Nada ni nadie nos puede arrebatar
de las manos de Dios, por eso es necesario que identifiquemos qué nos pasa,
para poder despojarnos rápidamente y así permitirle a Dios que nos tome tan
fuerte de su mano que nunca más sintamos que caminamos solas. Él nunca nos
suelta, somos nosotras las que le ponemos un límite, un basta, un no puedo, un
no quiero. Tito 2:12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente
Hay que renunciar en el nombre de
Jesús y ser libres por medio de Él.
Hay que perdonar, para que Dios nos
perdone, porque si no perdonamos nos estamos haciendo más que Dios. Ya que si
Dios siendo Dios nos perdona a través de Jesús… ¿Quiénes somos nosotros para no
perdonar?
Efesios 4:32
dice; “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Mateo 6:14-15,
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco
vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Hoy la mano de Dios está extendida
sobre nosotros para salvarnos, sanarnos, libertarnos, restaurarnos, darnos
nuevos comienzos, un nuevo amanecer en Él.
Extendé tu mano hacia Él porque Él
la tiene extendida hacia vos, Él te ama y te anhela y desea obrar un milagro
hoy, en tu vida, en tu corazón, en tu hogar y toda tu familia.
Mi
mano extendida hacia ti.
Tengo
mi mano extendida hacia ti.
Tomate
bien fuerte de mi mano hoy.
Yo
Soy tu Dios quien te ama y te cuida.
Tomate
bien fuerte de mi mano y vení hacia Mí.
¿Qué
es lo qué anhela tu alma?
¿Cuál
es la petición de tu corazón?
¿Qué
necesidad tan grande invade tu vida?
¿Cuál
es tu temor?
Claro
que no, vení a Mí hoy.
Vení
a mis brazos.
Dejá
que te tome bien fuerte de tu mano
Y
dame hoy tu corazón.
Yo
Soy el que Soy.
Soy
Jesús tu Salvador.
(Tere)
53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Con cariño: Tere.
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