martes, 11 de abril de 2017

VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO

¿Te enamoraste de un hombre violento?
•¿Sentís miedo a sus reacciones?
•¿Te animás a decir lo que pensás?
•¿Te acusa de estar, salir o coquetear con otros hombres?
•Aunque sea una sola vez, ¿te empujó, te retorció el brazo, te pegó?
•¿Te desvaloriza, te insulta, te descalifica?
•¿Amenaza con dejarte?
•¿Te obliga a hacer cosas que no querés hacer?
•¿Te dice que tus amigas o familiares «te llenan la cabeza en contra de él»?
•¿Te acusa de vestirte y maquillarte provocativamente?
Es posible que te estés enamorando de un hombre violento. Puede ser que termines siendo una mujer maltratada. ¡Pedí ayuda! Estás a tiempo.
Qué hacer en caso de estar viviendo situaciones de violencia en el noviazgo:
•Romper el silencio, haciendo saber lo que está ocurriendo a otra persona cercana y confiable (familia, amigos, docentes, líderes).
•Tomar medidas de seguridad personal, en caso de violencia física o de amenazas a la integridad personal.
•Acudir a servicios de ayuda especializados.
•Denunciar la violencia en los centros que correspondan.
•Es importantísimo rodearse de una red de personas que, de ser necesario, contengan, acompañen, protejan y ayuden prácticamente.
Cómo ayudar a alguien que está sufriendo violencia en una relación de noviazgo:
•Como prioridad, se debe establecer una relación de cercanía y confianza con la persona a quien queremos ayudar.
•No resulta útil forzar a la persona a tomar una decisión de ruptura que después no podrá sostener, ni tampoco criticar a la pareja, ni predecir futuros males (que probablemente ocurran, pero este método no es lo suficientemente disuasorio).
•Ayudarle a reconocer los síntomas disfuncionales de la relación. Resulta útil proveer material de lectura sobre el tema o acercarle un testimonio escrito de alguien que haya pasado por esa situación o una similar.
•Si el joven o la joven pertenece a una comunidad de fe, resulta efectivo dar una charla general a todo el grupo de jóvenes sobre el tema de las relaciones de amistad y de noviazgo, los indicadores de pautas saludables y no saludables de los vínculos interpersonales, lo que Dios pretende y desea de nuestras relaciones para nuestro bien, etc. Muchas veces este método indirecto da mejores resultados. El joven o la joven que estén viviendo relaciones abusivas podrán sentir confianza de pedir ayuda a su líder o pastor, al saber que conoce del tema.
•Ofrecerle compañía para pedir ayuda a profesionales o instituciones especializadas en el tema que pueda existir en la comunidad.
•Seguir acompañando todo el proceso, fomentando sobre todo la autoestima y la concepción correcta sobre sí mismos, sobre la dignidad y el valor con que Dios nos ha creado, y clarificando los criterios saludables mínimos que cualquier relación de pareja debe reunir para felicidad de ambos miembros de la misma.
¿Es posible la recuperación de un noviazgo violento?
Siempre mantenemos una actitud esperanzadora hacia los cambios que los seres humanos podemos hacer. Sin embargo, no es realista esperar que éstos sucedan espontáneamente, en especial en el tema que nos ocupa. Los novios violentos (al igual que los maridos violentos) se muestran arrepentidos cuando se dan cuenta de que la relación puede desestabilizarse (por la firmeza de ella o por la intervención de terceros), pero los cambios de conducta son efímeros y al tiempo se vuelve a la pauta recurrente. Debemos recordar que, de acuerdo al esquema descripto por Leonore Walker, la violencia en la pareja se da en forma cíclica (fase de aumento de la tensión, fase de agresión, arrepentimiento y luna de miel).
Esta característica dificulta la visualización clara del tema, sobre todo para las mujeres, ya que al período de descarga violenta le sigue un tiempo de reconciliación y cercanía. Ellas tampoco pueden separarse fácilmente, e incluso cuando han tomado la decisión de hacerlo no siempre la mantienen. Tanto el varón como la mujer necesitan ayuda.
Los dos miembros de la pareja necesitan reconocer que el maltrato no es una pauta normal ni saludable en ninguna relación y que no debe haber tolerancia al mismo. Muchas veces, aún formando otra pareja, ambos vuelven a repetir estas relaciones violentas. De no mediar una instancia de clarificación y elaboración con ayuda externa, él repetirá el mismo patrón o guión de relación que conoce. Lo mismo sucederá con ella. Aunque la mujer logre cortar una relación de este tipo suele quedar muy marcada, «golpeada» en su sentido más amplio: baja autoestima, creencias erróneas sobre su valor y habilidades, sentimiento difuso de culpa, sentimiento de no ser apta para satisfacer a un hombre, etc. Con estas vivencias grabadas a fuego, no es raro que vuelvan a establecer una relación de pareja similar, porque creen que hay algo malo en ellas y que por lo tanto no son merecedoras de un mejor trato por parte de su pareja. Es increíble el efecto destructor que tiene una relación de este tipo sobre el psiquismo. Pero, con todo, la restauración es posible.
(Material extraído del Instituto Eirene Argentina)
Si padecés violencia pedí ayuda.... llamá al 144 línea gratutita en Argentina las 24hs. del día.
Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Bendiciones

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