Esta mañana me desperté con esta frase dando vueltas en mi cabeza: Corazón roto.
Sin lugar a dudas, ni lo pensé y me levanté para orar y ver lo que Dios me quería hablar sobre este tema tan fascinante y apasionante, como es el corazón.
Cuando hablamos de algo roto, enseguida nos viene a la mente cuando se nos cae algo de las manos y se nos rompe, o cuando viene alguien y bruscamente rompe algo que tanto queríamos o cuidábamos y por más que se disculpe, siempre en nuestro corazón, vamos a recordar eso tan importante que una vez tuvimos y que vino alguien y no los rompió.
Una relación rota, una enfermedad, una traición, una situación que viene de improvisto y nos arrebata las ilusiones, es motivo de que se nos rompa el corazón.
Las peleas, la tristeza, la soledad, el inconformismo, el abandono no solo de una pareja, sino de una madre, un padre, un hijo etc. también nos daña.
A veces escuchamos que la gente dice, el tiempo todo lo cura, ya se te va a pasar, dale tiempo a esta situación y va a desaparecer de vos.
Pero sin embargo es todo lo contrario, porque cuando no sanamos el alma, nuestras emociones tan agitadas, nuestra falta de perdón y todo lo ocurrido, todo eso va a funcionar igual que una semilla plantada en tierra fértil que enseguida germina; siendo de igual manera en nuestro corazón, esas semillas germinarán, trayendo derrota, desesperanza y rencor.
Es tiempo de actuar, es tiempo de identificar lo que nos pasa y tomar la decisión sabia de poner en las manos de Dios uno a uno todo nuestro pesar.
Solamente Jesús puede sanar un corazón herido y roto.
Él tiene poder para restaurar, Él puede hacer algo nuevo donde nosotros no lo vemos ni entendemos.
Salmos 147:3 restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas.
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Oramos:
Dios en el nombre de Jesús, te pedimos perdón por nuestros pecados y te entregamos en tus manos esta semana que comienza.
Amado Dios reconocemos ahora todo aquello que nos ha roto el corazón y tomamos la decisión de perdonar a......., también renunciamos a toda culpa, tristeza, soledad, pensamiento de muerte, pensamiento de venganza, amargura, pelea, rencor, abandono, menosprecio, incredulidad, que nos enferma el alma y nos rompe el corazón.
Señor ponemos en tus manos toda relación rota, para que tu presencia traiga paz y sanidad a cada vida dolida.
Espíritu Santo llénanos de tu presencia, te necesitamos, amén.
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Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Nunca nos olvidemos que en Cristo está nuestra victoria y nuestra fortaleza, Él nos ama.
Con cariño: Tere.
No te vayas sin dejarme tu saludo, comentario o pedido de oración.
Bendiciones.
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