A veces me siento tan cansada, como si llevara una mochila muy pesada en mis espaldas, entonces me doy cuenta que no le entregué mis cargas a Dios.
Salmos 68:19 Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario