SALMO 63:1 Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
63:2 Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
¿Le has dicho hoy a Dios que Él es tu Dios, le has llamado Dios mío, le has buscado con todo tu corazón?
¿Le has dicho a Dios qué tu alma y todo tu ser lo necesita, qué sólo de Él mana la vida?
¿Dedicás tu vida a vivir para Dios y contemplar su hermosura?
SALMO 63:3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
63:4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
¿Estás corriendo afanosamente detrás de la vida olvidándote qué tu vida debe depender de la misericordia de Dios quién a través de Jesús la derrama sobre todo tu ser?
¿Qué alaban tus labios...hay tal vez queja o alabanza a Dios?
¿Te animás a levantar en el nombre de Jesús tus manos cansadas y así declarar y decretar en Cristo Jesús victoria para tu vida y familia?
SALMO 63:6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
63:7 Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
63:8 Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.
Cuando estaba enferma, en aquellas largas noches en las que no podía dormir de tanto dolor, estas palabras me sostuvieron, me infundieron fe y ánimo.
En el medio de la enfermedad, en mi lecho de dolor y muchas veces sentía de muerte también, meditaba en el amor de Dios y en el poder de Jesús sobre mi vida en el cual a través de su Espíritu Santo clamaba para que su virtud sanadora reposara sobre mi ser.
Sabía como lo sé ahora también y siempre, que Jesús es mi socorro, en quien puedo confiar y descansar.
Saber que en medio de cualquier dificultad Él nos cobija debajo de sus alas me da mucha paza y esperanza; y mi alma se regocija en Cristo a pesar de la situación dificil que haya que atravesar.
Cuando Jesús se presentó a mi vida, cautivó mi corazón de tal manera que mi alma y todo mi ser automáticamente se apegó a su corazón.
Pasé por diferentes situaciones, algunas buenas y otras difíciles: diría muy difíciles, como cualquier persona; pero siempre su diestra me sostuvo, aunque a veces en el momento no lo sentía tan así, pero después que pasaba esa situación difícil me daba cuenta que sólo de su mano podía conducirme por algo de tal magnitud y salir victoriosa en Él.
Con todo mi corazón, le pido a Dios que bendiga tu vida en este comienzo de semana y del mes de marzo, le pido que en el nombre de Jesús recibas salvación divina, te sane, te prospere en todas las áreas de tu vida y te llene de su Espíritu Santo.
!Qué su favor, su unción y sus bendiciones inunden todo tu ser!
Cariños: Tere.
!Qué Dios te bendiga!
Hola Tere...hermosa reflexión...ciertamente la vida del salmista está llena de pruebas difíciles y tiempos de cueva en los que sufrió hasta lo indecible, mas Dios mostró Su misericordia y se glorificó en él; porque David tenía su corazón conforme al de Jehová y porque se deleitó en Su Palabra. Dios bendice al alma que le busca.
ResponderEliminarQue Dios te bendiga y te guarde, recibe un fuerte abrazo.
Cinarizina, cuanta verdad en lo qué decís: Dios bendice al alma que le busca!
ResponderEliminarQué en este día nos dispongamos de corazón a buscar a Dios y a hacerlo dueño y señor de nuestras vidas. Gracias por tus palabras amiga.
Dios te bendiga y te guarde. Besos. Tere.