¿Cómo estás hoy? Espero que bien.
Esta mañana estaba meditando en la Biblia la Palabra de Dios, estoy leyendo el libro de Hechos en el Nuevo Testamento; y me atreví a tomar para mí dos pasajes bíblicos y los transformé en oración.
Deseo que sean de bendición para tu vida también.
Hechos 6:8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
6:9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
6:10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
Y desde mi corazón, basada en esta Palabra bendita, oré....
Señor, llená mi vida, la de mi esposo, la de mis hijos y la de cada persona que lo desee de tu gracia y de tu poder, úsanos para hacer prodigios y señales en tu nombre, amado Jesucristo.
Danos de tu sabiduría y de tu Espíritu Santo, amén.
Hechos 7:9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,
7:10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
Señor amado, en el nombre de Jesús te ruego que nos libres de todas las tribulaciones, que des a mi hogar, a mi familia y a quien lo desee, tu gracia y tu sabiduría, te ruego que estés con nosotros, que tu presencia nos llene hoy y siempre, amén.
No puedo dejar de leer la Biblia, porque es la Palabra de Dios, la cual trae luz a mi ser, no puedo dejar de agradecer la obra redentora de Jesús y pedirle a Dios que la presencia del Espíritu Santo esté sobre mí y mis seres amados.
No entiendo el vivir sin mi Dios, no puedo comprender cuando alguien que ha recibido a Jesús en su corazón, no pasa tiempo en oración, ni leyendo la Palabra, ni buscando la unción del Espíritu Santo.
Hace unos días atrás, le comentaba a Jorge, mi esposo, que no sabemos cuando venga Jesús a buscar a su iglesia y la verdad que cada día debemos estar preparados. Pero tampoco sabemos si tal vez hoy sea nuestro último día aquí en la tierra, por más jóvenes que sé sea.
Por eso debemos estar preparados, debemos vivir una vida en santidad, en obediencia a Dios, pidiendo cada día perdón por nuestros pecados, poniendo nuestro corazón a cuenta con nuestro Salvador y dejar que la unción del Espíritu Santo trabaje en nuestro ser para ser cada día personas conforme al corazón de Jesús.
A veces nos encontramos en situaciones que nos agobian, que nos quitan la paz, que nos llevan a estar cansados y sin fuerzas; porque hemos abierto alguna puerta espiritual la cual le dimos lugar al enemigo a que sembrara alguna semilla en nuestro corazón.
Tal vez la falta de perdón, la culpa, el temor, la incredulidad, la falta de fe, las contiendas, el odio, el orgullo, etc. están robándote la bendición que Dios tiene para tu vida.
Te invito en este día a que te pongas a cuenta con Dios, porque en su presencia se va solo, no podemos ir al cielo el día que Él nos llame y echarle la culpa a otro/a por lo que nos pasa o por lo que hicimos, cada uno es responsable de sus propios actos.
Hace poco atravesé por una situación en la que no me daba cuenta como la actitud de otras personas me afectaban y me estaba haciendo cargo yo de lo que ellos habían cometido. Y sin darme cuenta le estaba dando lugar a esas personas de que me hicieran responsable a mí de sus actitudes.
Pero una mañana el Espíritu Santo habló a mi corazón y cuando Dios habla trae paz y libertad a nuestras vidas y Él dijo a mi corazón...
__ Tere... Cada uno es responsable de sus propios actos, no permitas que te culpen a vos por lo que ellos hicieron.
El que maltrata va a tener que rendir cuenta, el que grita y se enoja va a tener que rendir cuenta, el que miente va a tener que rendir cuenta y el que oprime al otro va a tener que rendir cuenta.
Yo quiero que te hagas cargo de lo que te corresponde, pero no le des a los demás la autoridad de delegarte sus culpas.
Esa mañana empezaba para mí un nuevo día, pude a estas personas decirles lo que Dios me había dicho, pude mirar a los ojos y decir que cada uno es responsable por lo que hace y que a Dios no se le escapa nada. Pude decir con la frente el alto que mi vida está consagrada a Dios y que no iba a permitir que siguieran poniendo sobre mis espaldas actitudes de otros que lejos están con mi vida y mi manera de comportarme ante Dios.
No me cuesta pedir perdón cuando me equivoco o lastimo a alguien, pero tampoco voy a andar por la vida pidiendo perdón de algo que no hice, ni dije, porque entonces estoy haciendo que la otra persona no deponga su propia actitud y no sé de cuenta de sus acciones.
Satanás y la carne de muchas personas son astutas, y cuando nos encuentran con las barreras bajas, cansadas y sin fuerzas, es ahí cuando somos el blanco perfecto para delegarnos lo que no hicimos y hasta nos hacen creer que somos culpables.
¡Pero dónde está el Espíritu de Dios... allí hay libertad!!! Y esa libertad está a tu disposición hoy para tu vida, si solamente vas a su presencia y le derramás en oración todo lo que está en tu corazón.
Dios es fiel, es un Papá amoroso, es dadivoso, es galardonador de los que le buscan.
No te olvides... solamente debemos hacernos cargo de lo que hacemos, decimos, obramos, etc. pero no de las actitudes de los demás, cada uno es responsable ante Dios y cuando estemos en su presencia, iremos ante su Trono solos/as, porque a Dios se le rinde cuenta de manera personal, porque Jesús pagó un alto precio por cada vida. (Isaías 53 - San Juan 3:16)
Con cariño: Tere.
¡Qué Dios te bendiga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario