lunes, 25 de octubre de 2021

Aprendiendo a entragarle cada día, el corazón a Dios.



En el rincón de mi corazón, tenía guardada una caja de cristal, donde la cuidaba tanto que no quería que nadie ocupe su lugar.

Porque en el rincón de cada corazón, hay situaciones vividas, bien guardadas, las cuales no queremos que nadie las encuentre ni las descubra. 

Pero para Dios nada queda oculto y puede sacar a la luz nuestro mayor recuerdo y secreto.

Porque Dios todo lo ve y escudriña y Él sabe cual es nuestro sendero por el cual hemos de transitar. 

Por eso amo el poder de Dios, porque me eleva una y mil veces a las alturas y me lleva a lo sobrenatural.

Él tiene el poder de sanar mi alma oprimida y ponerle vida y nuevo canto a mi corazón.

Dios tiene el poder para sanar mi corazón cansado y acunarme en sus brazos de amor.

Ese Dios tan hermoso, hoy te está hablando a vos, Él te ama.

Proverbios 4:23 Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.

Por eso es tan importante poder cada día ir en oración a la presencia de Dios y entregarle todo nuestro corazón. Darle a Él el dominio de nuestra vida nos garantiza un vivir diferente, porque ya no vamos a ver con nuestra propia mirada, sino que ahora, vamos a mirar a través de sus ojos. 

Oramos:

Querido Dios, en el nombre de Jesús, te entregamos todo aquello que está oculto en nuestro corazón.
Todas aquellas situaciones y heridas que están bajo llave que no nos dejan ser libres. Lo renunciamos ahora y lo soltamos en tus manos de poder y amor.
Abrimos nuestro corazón a tu presencia y te pedimos que nos llenes de tu unción, de tu favor y de tu inmenso amor.
Amén.

Con cariño: Tere.
Bendiciones.

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