¿Cómo se sigue cuándo una enfermedad llega a tu vida?
¿Cómo se sigue cuándo sentís que se te termina la vida?
¿A dónde hay que huir cuándo te arrebatan tus sueños?
¿En qué brazos llorar cuándo se te apaga el aliento?
¿Quién tiene la solución a tanto desconcierto?
¿Será qué a Dios le importa mi camino incierto?
Y allí en la noche, mojando con sus lágrimas la almohada.
Cerró sus ojos, con miles de preguntas,
las cuales sus respuestas no llegaban.
Y se durmió creyendo que ya no despertaría.
Pero ella nunca imaginó que Dios
en su último suspiro, la escucharía.
Y tuvo un bello sueño, rodeada de amor y alegría.
Y se durmió llorando y amaneció con una sonrisa.
Ella nunca pensó que volvería a la vida.
Jamás se imaginó que Jesús
la comenzaba a sanar, mientras dormía.
Pero ocurrió el milagro en esa noche fría.
Y Dios la coronó de salud, favor y alegría.
Esa mujer soy yo.
Y gracias a Jesús, volví a la vida.
En este día, qué podamos ir a la presencia de Dios y en el nombre de Jesús entregarle toda enfermedad, toda dolencia, todo cansancio y agobio.
Entreguemos en sus manos, toda ansiedad, todo temor y todo lo que nos mantiene presos espiritualmente, emocionalmente y físicamente.
Hay poder en Jesús, Él sigue haciendo milagros, creamos en Él.
Oramos:
Amado Dios en el nombre de Jesús, te pido que así como lo hiciste conmigo, que también estés obrando milagros y maravillas en aquellas personas que lo están necesitando.
Gracias querido Señor, porque vos no hacés acepción de personas(Romanos 2:11).
Gracias Jesús por tu hermoso sacrificio en la cruz.
Espíritu Santo llénanos de tu presencia, te necesitamos, amén.
Con cariño: Tere.
Bendiciones.
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