Amado Dios, necesito que hoy acaricies mi rostro con tu presencia.
Necesito sentirte cerca mío, abrazándome el corazón.
Necesito que tu sol se funda en mis mejillas.
Y que me recites al oído palabras de amor.
Amado Dios, necesito que hoy acaricies mi cabeza con tu mano santa.
Necesito ahogarme en tu mar de amor.
Necesito fluír con tu Santo Espíritu.
Y que mi vida huela a tu infinito amor.
Con cariño. Tere.
A veces por el trajín diario, o por diferentes circunstancias de la vida, no nos tomamos el tiempo para detener nuestro mundo y decirle a Dios que lo necesitamos, que necesitamos que llene con su vida nuestro corazón.
Poder llamarlo Amado Dios, poder decirle que necesitamos su amor, poder desnudarle el alma y abrirle de par en par el corazón, son decisiones sabias que tenemos que tomar.
Dios nos ama con amor eterno, a tal punto que nos dio a su Hijo Jesús por amor a cada uno de nosotros.
Hoy es el día ideal para decirle que lo amamos y que necesitamos ser inmersos en su mar de amor.
1 de Juan 4:19 Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.
¡Bendiciones!
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