Hola... ¡Qué Dios te bendiga en esta semana qué comienza!!
¡Qué frío estamos teniendo en mi Buenos Aires querido!!!
En Argentina, mi bello país, estamos todos pendientes, ya que el miércoles jugamos otro partido interesante para este mundial, el cual nos hace sufrir en cada jugada.
Pero dejando de lado el frío y el futbol, les quiero compartir algo...
Anoche, cuando me fui a dormir, sentí en mi corazón que el Espíritu Santo ponía estas palabras....
__Buscá sobre la vida de oración de Jesús.
Hoy me levanté y lo primero que hice apenas me desperté fue recordar estas palabras, así que, creo que en esta semana voy a estar investigando, meditando y poniendo por obra sobre este maravilloso tema.
Como muchas veces les comparto no soy una mujer pasiva en cuanto a la oración; por el contrario, mis momentos de orar y estar en la presencia de Dios van en aumento.
He descubierto en la oración una puerta enorme de bendición que me lleva al corazón de Dios.
Pero también entiendo que si el Espíritu Santo me inquietó con estas palabras, es entonces que hay algo más para mí, hay algo que Dios me quiere enseñar y yo tengo mi corazón abierto a lo que mi amado Señor me pida y me diga.
Espero y deseo que me acompañen y que juntos podamos en este comienzo de semana, pasar en Cristo Jesús, a tomar nuestra victoria.
San Marcos 1:35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro,
salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
Las jornadas de Jesús, me las imagino más que intensas, imparables.
Y pensaba en muchos de nosotros, quienes al simple sonar de nuestro despertador, ya nos levantamos y estamos programando un sin fin de tareas para el día que tenemos que llevar por delante.
Pero Jesús tenía otras prioridades, la oración era una disciplina en Jesús y ese debe ser nuestro ejemplo y modelo a seguir; ser como Él.
Disciplina: Doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral. (Según el Drae)
Él no comenzaba su día sin orar, sin pasar tiempo a solas con su Padre celestial. Aún cuando todavía no había amanecido, Jesús ya estaba buscando el rostro de Dios en oración. Estaba atento a lo que su Padre tenía para decirle y por supuesto buscaba fortalecerse para comenzar la obra que Dios le había encomendado.
Jesús se alejaba de todo lo que lo rodeaba y podía distraerle; al igual que nosotros debemos hacer, cerrar la puerta de nuestra habitación y pasar tiempo de intimidad con Dios.
Quiero empezar esta semana, invitándote a que te unas a mí y así por medio del Espíritu Santo orar para que podamos seguir las pisadas de nuestro Maestro divino, nuestro Jesús, el deseado, el principio y el fin, el León de la Tribu de Judá, el que pronto volverá a buscar a su Iglesia.
Oremos:
Padre amado, venimos ante Tí en este día que comienza, para pedirte en el nombre de Jesús que perdones todos nuestros pecados; nos arrepentimos ahora de cada uno de ellos.
Dios del cielo y de la tierra, en el nombre de Jesús renunciamos a todo lo que nos aparta y aleja de Tí.
Cubrimos nuestra vida y nuestra familia con la sangre de Cristo.
Amado Dios, necesitamos que tu Espíritu Santo nos despierte en oración, que tu unción sea sobre nosotros y nuestro hogar.
Por favor te pedimos que derrames más fe sobre nosotros, que derrames un espíritu de oración, un anhelo y deseo por buscar tu presencia, no nos dejes dormir, sal en este día a nuestro encuentro, no queremos tener una vida mediocre en oración, queremos tocar tu corazón, queremos ser intercesores poderosos en Cristo Jesús, para derribar las fortalezas del enemigo.
Espíritu Santo en este día, levantamos nuestros brazos al cielo, pidiéndote que nos llenes de tu presencia, que nos enseñes a orar, que abras nuestros oídos espirituales en el nombre de Jesús.
Y por nuestra parte, como hijos tuyos, nos comprometemos a buscar tu rostro en oración, a vivir conforme a tu Palabra, bajo tu voluntad, a tener una vida en santidad y en comunión contigo.
Gracias amado Dios por darnos la vida, te rogamos que en el nombre de Jesús estés sanando toda enfermedad, toda dolencia, toda opresión y que tu gozo reine en nuestro corazón, en cada hogar y familia, amén.
Con cariño: Tere.
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