Lo leí y me di cuenta que ese día había escrito estas palabras como declaración de fe y de bendición para mi hogar y para el hogar de tantas peticiones que me envían.
Te invito a que me acompañes a leerlo y que lo declares también para tu familia.
Tu victoria ha sido derramada en mi familia y en mi hogar.
Tú has escuchado mis ruegos y has aplastado a satanás.
Tu mano de poder está en mi casa y llenándonos de tu presencia estás.
Tú traes a mi hogar de tu renuevo, esa inmensa paz celestial.
Tere.
Padre amado, venimos ante Tí en esta mañana para pedirte perdón por nuestros pecados.
Padre divino, necesitamos la presencia bendita del Espíritu Santo inundando nuestra vida y nuestro hogar.
Señor hoy nos unimos para clamarte por cada familia, para que Tú les bendigas y traigas salvación, restauración, paz, amor y nuevos comienzos en Cristo Jesús.
Amado Dios, te ruego por cada madre, cada padre que está en profundo dolor por sus hijos, toca el corazón de cada uno de ellos ahora y úngelos con tu presencia santa.
Padre amado, te ruego por cada madre y cada padre de familia, para que nos des sabiduría de lo alto, para ser sabios y entendidos en Tí y podamos así criar a nuestros hijos en tu bendita voluntad.
Señor mirá esos hogares vacíos, que tu presencia comience a llenar cada espacio, que en cada hogar vuelva la paz, la sonrisa, la alegría, el gozo y que podamos ver milagros y maravillas en nuestra familia.
Nosotros declaramos que te serviremos y honraremos junto a nuestro hogar, que nuestra familia te pertenece, que somos tuyos y que te amamos y te abrimos nuestro corazón y nuestra casa para que vengas a reinar en el.
En el nombre de Jesús. Amén.
Con cariño: Tere.
¡Qué Dios te bendiga!
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