Una mujer en las manos de Dios...
Puede cambiar al mundo con su perfume y su amor.
Una mujer en las manos de Dios...
Puede sentirse fuerte aunque tenga débil el corazón.
Una mujer en las manos de Dios...
Es princesa y guerrera, es sencillez y pasión.
Una mujer en las manos de Dios...
Es su perfecta obra, su hermosa creación de amor.
Jesús te ama y desea darte un nuevo día hoy.
Tere.
Padre amado, en este día vengo ante tu presencia santa, en el nombre de Jesús, para pedirte que la presencia del Espíritu Santo esté rodeando a cada mujer. Te ruego Padre bendito que estés trayendo paz, amor, renuevo, salvación, sanidad y restauración a la vida de cada mujer que te ama y te necesita.
Señor de la gloria, solamente Tú eres Dios bueno y verdadero y fuera de Tí nada tenemos ni nada somos, nuestro amado Dios, nuestro Jesucristo, salvador y sanador.
Te pido en este día, que estés trayendo de tu gracia, de tu favor, de tu misericordia, de tu unción, de tu poder a cada mujer; en el lugar que esté, en el país que se encuentre, que tu gloria las esté inundando ahora y puedan ver con los ojos de la fe, todo lo que Tú tienes para cada una de ellas.
En el nombre de Jesús, amén.
Con cariño: Tere.
¡Qué Dios te bendiga!
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