¡Qué puedo decir de el día de hoy, tendremos otra jornada de mucho calor, sí así es, estando en el inicio de la primavera estamos teniendo días de lluvia, frío, humedad, sol, calor, mucho calor!!!!
Pero como mañana llega la lluvia, estoy aprovechando este lindo día.
Siempre fui una persona desde pequeñita bastante enferma, fui gracias a Dios, hoy ya no.
Y como comparto en mi libro, pasé por diferentes etapas en mi vida, afrontando distintos temas de salud, así que sé lo que siente una persona enferma.
Sé los temores que nos invaden, el cansancio, la desesperanza y la incertidumbre de pensar que tal vez Dios no nos va a sanar.
Porque cuando pasamos por algún tema de salud, cuando alguna enfermedad golpea a nuestra puerta, al principio nos invade el temor, tal vez se nos apodera la negación, o quizás luego viene el enojo, después nos deprimimos y en todo ese transcurso que vamos afrontando distintas situaciones emocionales, vamos aprendiendo a confiar en Dios y a entregarle a Él nuestra carga. Y es ahí cuando nuestra fe aumenta y comenzamos a ver que en Cristo hay esperanza y que nuestro socorro viene de Dios. Él es fiel, Él es especialista en resolver nuestros imposibles!!!!!
Te comparto todo esto, porque estoy meditando sobre el libro de San Juan en el Nuevo Testamento; más precisamente el capítulo 4 y cuando llegué al versículo 26 me recordé cuanto me impactó este pasaje.
Vení.... leelo conmigo....
San Juan 4:26 Jesús le dijo: Yo Soy, el que habla contigo.
Jesús mismo hablando con la mujer samaritana, llevándola a desnudar su alma, a mostrarle su condición y por supuesto presentándose como un Dios y amigo amoroso que se detiene en el camino interesado en hablar, en relacionarse con esta mujer, trayéndole esperanza y revelándole su divinidad.
Recuerdo cuando estaba en mi lecho, allí enferma y leí este pasaje. inmediatamente las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Sentía que Jesús estaba allí en mi habitación y al igual que a esta mujer, se presentaba a mi vida diciéndome.... No temas Tere, Yo Soy, el que habla contigo, el que sabe tu dolor, de tu necesidad, y vine a revelarte mi divinidad, a traerte paz y esperanza, a tomarte de tu mano y sacarte del pozo de desesperación.
Cuando enfermé gravemente, llevaba años de vivir tomada de la mano de Dios, había recibido a Jesús en mi corazón a los 19 años de edad, y me había enfermado a los 30 años, en pleno servicio a Dios. Y de los 30 años a los 39 años, supe lo que se siente estar enferma, puedo cerrar mis ojos y sentir lo que sufre una persona con un mal diagnóstico, y también puedo cerrar mis ojos y sentir el perfume suave de Jesús alentando nuestras vidas, llevándonos a confiar en Él, quitando nuestra mirada de lo terrenal y colocándola en lo sobrenatural. Porque es allí donde la mano de Dios se mueve a nuestro favor.
Dios moldeó mi vida, se reveló en la oscuridad de mi habitación, me llevó a caminar por todo el Salmo 23, me sedujo con su presencia santa y cuando a Él le pareció oportuno, me sanó.
Hoy quiero alentar tu vida, quiero invitarte a que confíes en este maravilloso Dios, porque en este día, Él está a tu lado, a Él no le es ajeno tu dolor, Él ha escuchado tu petición y te dice....
___No temas, Yo Soy, el que habla contigo.
Jesús dio su vida, no solo para que tengamos salvación y vida eterna, sino también para que en Él recibamos sanidad divina, gracias a su sacrificio en la cruz. Él vive, Jesús resucitó!!!! Su mano de poder aún no se ha cortado, no dejemos que las situaciones difíciles que estamos enfrentando y los ataques de satanás, nos roben la fe.
¡Somos más que vencedores en Cristo Jesús!!!!!!!Con cariño: Tere.
¡Qué Dios te bendiga!
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