Hola, cómo están, qué lindo que podamos estar comunicados un día más. Muchas gracias por los correos que me envían, gracias por sus palabras, desde ya estoy orando por cada petición.
Esta mañana estaba meditando en el libro de Mateo, y al llegar al texto que compartí más arriba, al leerlo, mi espíritu y mi corazón fueron quebrantados, así que cerré mis ojos, incliné mi rostro y estas palabras le dije a Dios con todo mi corazón:
_Señor, no quiero que por mi incredulidad, no ocurran tus milagros.
Luego levanté mi rostro, sequé mis lágrimas y me dije a mi misma:
No es solamente pedirle a Dios que aumente nuestra fe, sino es cultivar cada día una relación con Él.
Orando, leyendo la Biblia, teniendo intimidad con el Espíritu Santo, viviendo cada día en santidad, apasionada por su presencia, no dejando que ese primer amor por Jesiús se apague.
Te pregunto:
¿Cómo está tu relación con Dios?
¿Cómo está tu fe hacia Él?
¿Qué estás haciendo cada día para que tu fe sea aumentada?
¿Cuánto hace que no te animás a creer que Dios quiere que seas parte de sus milagros?
Te animo y te aliento en este mismo momento a que le entregues todo tu ser a Jesús, a que dejes que su presencia te envuelva, te de paz y te lleve a conquistar por medio de la fe en Él, los milagros que hay para tu vida y tu hogar.
Es un tiempo de levantarnos en fe, es un tiempo de caminar en sus pisadas, siguiendo sus huellas, siendo parte de sus milagros, llevando las Buenas Nuevas de salvación, es tiempo de creer, de actuar y de dejarnos usar por Dios.
No te desanimes, que tu fe no decaiga, Jesús está con vos, Jesús está con tu familia.
Oramos:
Dios en el nombre de Jesús te pedimos perdón por nuestros pecados. Te entregamos nuestra vida y te pedimos que aumentes nuestra fe.
Por nuestra parte querido Dios, nos consagramos a vos, buscando cada día de tu presencia.
No queremos que por nuestra incredulidad no ocurran milagros, sino por el contrario, queremos ser parte de cada uno de ellos. Queremos que nos uses, que cuentes con nosotros, que sepas que estamos dispuestos a hacer tu voluntad.
Henos aquí, te amamos, te necesitamos, te entregamos ahora toda preocupación y toda incredulidad en tus manos.
Espíritu Santo llénanos de tu presencia, en el nombre de Jesús, amén.
¡Bendiciones!
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