martes, 17 de julio de 2012

¿CÓMO ESTÁ TU VIDA ANTE DIOS?


1 de Pedro 1:15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
1:16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.



Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad,
sin la cual nadie verá al Señor. 


¿Cómo está nuestra manera de vivir?
¿Cómo está nuestra vida ante los ojos de Dios?
¿Cuánto hay de nuestra carne obrando en nuestro interior?
¿Cuánto le dejamos al Espíritu Santo para qué tome el control de nuestra vida y nos cambie?
¿Tenemos una vida en santidad, procurando agradarle a Dios cada día y haciendo su voluntad?
¿Qué pesa más en nuestra balanza, morir a nuestro propio yo para qué Dios crezca en nuestro corazón o quizás pesa más nuestra manera liviana de vivir el evangelio de Jesucristo, menospreciando así la cruz de Cristo?

!Cuántas preguntas, cuántas respuestas por contestar, cuánto sabe Dios de nosotras y sin embargo muchas veces se vive como si Dios quedara a un costado!

Cuando le decís a alguien que ha recibido a Jesús en su corazón que deje de fornicar, o adulterar, inmediatamente busca la excusa de que en su iglesia están todos en la misma situación. Como si eso justificaría ante Dios algo, parecería que se olvidan que cuando estén en la presencia del Dios Altísimo van a tener que rendir cuenta por su propia vida y no por lo que hicieron los demás.

El otro día le pregunté a alguien que ministra en la alabanza en una determinada iglesia:
¿Cuánto le dedican en la semana el grupo de alabanza en buscar de Dios, en pedirle al Espíritu Santo  qué los guíe y fluyan juntos en el espíritu?
¿Cuánto tiempo antes van los domingos al culto u otro día de actividad, para orar, clamar y pedirle al Espíritu Santo qué los llene y los use?
¿Cuántos viven en santidad, cuántos de ustedes son conscientes de qué están ministrando al pueblo de Dios?

Obviamente no voy a dar la respuesta, creo que ustedes se imaginan, pero sí les voy a decir lo que yo le dije:

__Tengo 26 años de seguir fiel a Dios, tengo 26 años de servirle y vivir por y para Él, tengo 26 años de guardarme y vivir en santidad para mi Cristo y tengo todo el derecho de exigir de  quienes me ministran tengan una vida en oración, en santidad y de intensa búsqueda, porque el servicio a Dios es santo.

El que barre, el que limpia el baño, quien junta la ofrenda, quien dirige la alabanza, quien toca instrumentos, quien recibe en la puerta a los hermanos/as, el que predica, el que cuida a los niños, etc. etc. etc. debe vivir en santidad, es obligación vivir en santidad, tener una vida rendida a Dios, una vida que se base en la Biblia, que sea de buen testimonio y que no juegue a la actuación, a la figurita, sino a ser un verdadero cristiano.

Hay veces que parezco para algunas personas muy estricta y yo me pregunto: ¿No estoy diciendo solamente lo que dice la Biblia? Entonces el problema no lo tienen conmigo, sino lo tienen con Dios.

1 de Corintios 6:9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
6:12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. 



Me duele en el alma cuando alguien que predica la palabra,  adultera, me duele en el alma cuando jóvenes fornican como si fueran animalitos que no pueden parar y luego van a la casa de Dios y sirven como si nada; me duele en el alma porque ese mal ejemplo, ese mal testimonio, lastima la vida de las almas nuevitas.
Me duele en el alma porque quien adultera o fornica si no se arrepiente de su pecado, se va al infierno.
No es un juego los caminos de Dios, hay un precio que pagar y es morir a uno mismo, es morir a nuestros propios deseos y tentaciones, es consagrarse para adorar y honrar a un Dios vivo.

Somos templo del Espíritu Santo, tenemos que poner nuestra vida a cuenta con Dios, debemos cuidar meticulosamente nuestra manera de vivir.

1 de Corintios 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
3:17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 

Cuando una persona, un hijo/a de Dios está en adulterio o fornicación, cuando está teniendo intimidad sexual, está menospreciando al Espíritu Santo y como no le importa nada  de su pecado, le está diciendo a Dios con su actitud...hago lo que quiero, no importa si soy templo tuyo, ahora lo que vale es mi deseo carnal, sin importar lo que me cueste.
¿Sabés lo qué te cuesta?
Perder la presencia de Dios, darle a satanás el derecho legal para gobernar en tu vida, porque vos le abriste esa puerta, le diste la espalda a Dios por medio de tu desobediencia. Corré por tu salvación, pecar te cuesta tu vida eterna!!
Estamos en los últimos tiempos, pero todavía hay un remanente que vivimos en santidad, un remanente que predica la sana doctrina, un remanente que proclama la salvación de Cristo, un remanente que llama al cambio por medio de Jesús, un remanente que tiene hambre y sed del Espíritu Santo.

No nos olvidemos...Sin santidad nadie verá a Dios!!

Santiago 4:8 Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 

Por favor...hoy es tu día, Jesús viene pronto a buscar a su Iglesia, tampoco podemos ignorar que no sabemos el día que partiremos de este mundo, entonces es importantísimo que tu vida esté a cuenta con Dios.

!Qué Dios te bendiga!





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