viernes, 19 de noviembre de 2021

María.... Mujeres que bendicen.


Me encanta leer en la Biblia, la historia de tantas mujeres que gracias a su fe, buen testimonio y devoción por Dios, nos dejaron huellas a seguir.

Cuando leo la Biblia, me siento parte de ella y tantas veces me imagino el día que esté en el cielo y las conozca a cada una. Sin lugar a dudas, las abrazaría y las escucharía por horas y días. 

Hoy quiero hacer mención sobre María, la mamá de Jesús.

Una mujer como nosotras, viviendo en una época muy dificil. 

Lucas 2:19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.

Evidentemente María no era una mujer que se dejaba guiar por su emociones; sino por el contrario, ella meditaba cada situación en su corazón, esperando siempre la respuesta de Dios.

María, la mamá de Jesús, una mujer digna de imitar, una mujer que nos dejó huellas a seguir. 

No nos olvidemos que ella ha sido una mujer terrenal igual que nosotras, una mujer con temores, con angustias, con momentos de gozo, pero con muchos momentos difíciles. 

Pero ella, se mantuvo siempre en una meta, tener su corazón, su mente y toda su vida, en humildad ante Dios. 

María, una jovencita a la cual el Espíritu Santo la visitó para concebir a Jesús, ella era dulce, tierna, fiel, obediente y a pesar de su juventud, tenía las agallas para enfrentarse a cualquier comentario que podrían decir. 

Ella sabía poner como prioridad a Dios, ante los demás.

Ella era virgen, vivía en santidad, con un corazón pendiente de Dios y siendo joven, se convierte en madre de nuestro Señor, la cual, con el paso del tiempo fue desarrollando una fortaleza interna tan grande, para poder así, sobrellevar lo que le iba a acontecer como mamá. 

Su hijo, iba a ser crucificado en la cruz, para dar su vida por la humanidad.

Ella escribió una historia como mujer y madre tan grande, que al pasar tantos años, sigue siendo de inspiración para todas nosotras. 

Las invito hoy a que nos consagremos a Dios, a que le digamos henos aquí Señor, para lo que necesites, estamos dispuestas, contá con nosotras.

Amadas... es tiempo de levantarnos en el nombre de Jesús e ir en busca de tantas mujeres que sufren, esas mujeres que no saben para qué están en la vida, esas mujeres que no tienen incentivo, que lloran en silencio, que gimen por alguien que las vaya a rescatar.

Dejemos de mirarnos a nosotras mismas todo el tiempo y aprendamos a poner nuestra mirada en Jesús, porque a través de Él vamos a poder amar y vamos a ser guiadas por su Espíritu Santo para hacer su voluntad.

Dios nos está llamando, tenemos mucho por hacer en Jesús, seamos nosotras también, mujeres que bendicen.

Bendiciones. 





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