sábado, 18 de junio de 2011
"MUJER CON DONES Y MINISTERIO"
Quiero dirigirme a todas las mujeres que entregaron sus vidas a Jesús y que Él las ha dotado de dones o tal vez de un ministerio específico.
Siento que Jesús en este momento me permite ver tu corazón, cansado, desilusionado y sin fuerzas.
¡Dios quiere restaurarte querida sierva del Dios Altísimo!
Sé que hay veces que te sentís repartida en mil pedazos y llorás porque no tenés más fuerzas. Jesús quiere que entiendas que no es con tus fuerzas sino con sus fuerzas.
Sé que hay mujeres que están a punto de dejarlo todo. Amiga no lo hagas, dejemos que el Espíritu Santo nos ministre a través de su Palabra; nunca es tarde para volver a empezar y mucho menos con Jesús. Tal vez mi experiencia te sirva. Ojalá pueda transmitirte mis vivencias de corazón a corazón para que no cometas los mismos errores que yo cometí.
A los diecinueve años de edad, entregué mi vida a Jesús; cuando entra la luz de Cristo las tinieblas tienen que huir y ese fue mi caso. Inmediatamente Dios me capacita con su Espíritu Santo para ministrar en liberación y tuve la oportunidad de ser una herramienta para que algunas mujeres sean libres también, por el poder de Dios
Con el fuego de ese primer amor comencé a desarrollarme en los dones que Dios me había dado. Pero al pasar los años cometí un grave error. Sin darme cuenta, hice todo con mis fuerzas, porque ya casi no tenía tiempo para buscar de Dios. Creo que había crecido Tere en el servicio a Dios, pero no había tenido la oportunidad de desarrollar el carácter de Dios en mi vida. Como ya te conté, era muy fácil que me manipulen.
En mi matrimonio comenzó a faltar cada vez más el diálogo debido a tantos compromisos tomados. Cuando teníamos un tiempo para nosotros lo usábamos para hablar de los problemas de la gente que estábamos ministrando.
También debo reconocer que los roles en casa estaban totalmente errados. Dios nos asignó a cada uno funciones diferentes. El hombre es cabeza del hogar, la mujer es su ayuda idónea. Pero cuando el hombre descuida ese rol, corre el peligro que su esposa u otras personas ocupen su lugar de autoridad.
Dios restauró enormemente mi matrimonio. Si bien no teníamos problemas serios, como adulterio, o tal vez violencia física, pero sí, las pequeñas cosas sin resolver y terceros influenciando, hicieron que llegue al punto de querer separarme.
¡Qué necia era, tenía todo, una familia con dos bellos hijos y con mi conducta y la de mi esposo casi destruímos nuestro hogar!
Bajo mucha influencia emocional, trataba de cumplir lo mejor posible el servicio a Dios. Vivía en casa absorbida y obsesionada por todas las obligaciones. Siempre estaba enferma dándome inyecciones, con fuertes dolores de cabeza que me llevaban días enteros a vivir a oscuras en mi cuarto encerrada sin poder ver la luz y mucho menos poder atender a mi familia. Hasta que llegó el día en que mi cerebro dijo basta.
Los años que siguieron a esta situación fueron dramáticos. Pero como dice la palabra de Dios, todo ayuda a bien. Y a raíz de esa enfermedad, Dios cambió mi vida
El Espíritu Santo se toma su tiempo con cada una de nosotras.
Deseo que lo haga con vos también. Porque no quiero que hagas lo mismo que hice yo una vez, que al encontrarme sola y cansada, bajé los brazos.
Andá a Jesús, llorá todo lo que necesites en su presencia hasta desahogarte y dejá que Él te consuele, te sane y te levante.
Porque sos una mujer con dones y ministerio, pero de nada te sirve desarrollarlos o tal vez dejarlos, si primero no sabés realmente, quien sos en Dios.
En estos últimos años he hablado con mujeres que tienen fuertes ataduras emocionales, espirituales y físicas con alguna persona o con alguna situación de su pasado. Y muchas de estas mujeres tienen un llamado fuerte de parte de Dios; pero que no lo pueden llevar a cabo, porque se sienten atadas a lo que los demás les digan.
Todos merecemos la oportunidad de desarrollarnos, pero el único que pagó el precio con su propia vida por cada una de nosotras es Jesús.
Quiero dirigirme a las relaciones rotas entre familias.
¿Qué haría Jesús en el lugar de ustedes?
“Seguramente todo lo contrario”
Hoy es día de cambio, hoy podés ser libre en el nombre de Jesús.
(De mi libro: "Ahora sé quien soy" // aún no editado)
Si estás padeciendo violencia de cualquier tipo: emocional, física, intelectual, sexual, económica, etc. rompé el silencio, pedí ayuda. En ningún lado la Palabra de Dios, la Biblia, respalda la violencia.
Jesús vino a hacerte libre y a llevarte en Él a un estilo de vida superior en amor y paz.
Llamá al 0800- 666- 8537.
!Qué Dios te bendiga!
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