viernes, 17 de junio de 2011
"TE NECESITO IGUAL QUE AQUELLA MUJER"
San Juan 4:5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
4:6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
4:7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
4:8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
4:9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
4:11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?
4:12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
4:13 Respondió Jesús y le dijo:Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
4:14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
4:15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
4:16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
4:17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
4:18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
4:19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
4:20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
4:21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
4:22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
4:25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.
4:26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
Hace desde ayer a la mañana que este texto está tocando profundamente mi corazón.
Cada vez que lo leo y lo analizo, El Espíritu Santo más y más habla a mi vida.
Me apasiona y me emociona ver a Jesús que estaba esperando a esta mujer.
Me cautiva el amor de Jesús, al ver la manera de tratarla, al tener toda la delicadeza de llegar a lo más íntimo de su corazón.
Él se estaba ofreciendo a ella, con total sencillez y con total poder.
Cuando ella se ve cara a cara con Jesús, sus equivocaciones quedan al descubierto, pero Jesús se las muestra con amor buscando que ella reciba sanidad interior, esa sanidad que todas necesitamos al día de hoy.
Me inspira esta bella historia, porque Jesús se presenta a ella con humildad, con amor y con poder.
Jesús paró el mundo por hablar con la mujer samaritana y le ofreció la restauración de su corazón, al igual que lo sigue haciendo actualmente con vos y conmigo.
Él sacia nuestra sed interior y nos da vida eterna y a veces como vivimos tan sumergidas en nuestros propios problemas, parecería que nos olvidamos de esto.
Y nos está dejando una información muy valiosa: El Padre busca adoradores en espíritu y verdad.
_Oh...Dios mío, yo quiero ser una adoradora así.
En espíritu porque Dios es espíritu y El Espíritu Santo está aquí en la tierra para interceder por nosotras, para guiarnos, para darnos en Cristo poder para vencer cualquier situación que se levante. Quiero ser alguien que adora en verdad, con todo mi corazón, mi mente, mi cuerpo, mi alma y mi espíritu y esa verdad es la Palabra de Dios. En su Palabra encuentro vida y es El Espíritu Santo quiern la revela.
Pero lo que me emocionó hasta las lágrimas y quebrantó mi corazón fue cuando Jesús le dijo: "YO SOY, EL QUE HABLA CONTIGO"
Ese Yo soy está por sobre toda circunstancia y situación adversa que se nos presenta, ese Yo Soy, está por sobre todos nuestros problemas, por sobre toda enfermedad, por sobre nuestras vidas.
!Ese YO SOY es JESÚS!!
Es mi deseo hoy que podamos darnos cuenta que Jesús también a nosotras nos salió y nos sale al encuentro cada segundo de nuestras vidas.
Este amoroso Jesús nos está ofreciendo agua que sacia toda sed, que sana toda enfermedad, que restaura todo corazón, esa agua es Jesucristo de Nazareth.
Este maravilloso Jesús se toma todo el tiempo para con nosotras y su Bendito Espíritu está deseoso de llevarte y enseñarte a ser una verdadera adoradora.
Quiera Dios que en este día le podamos decir:
Amado Jesús: !Te necesito igual qué aquella mujer!!
Te entrego mi vida y mi corazón, renuncio a todos mis temores, me consagro a Tí, vení con tu agua a saciar mi sed!
Espíritu Santo, ven a mí, llena mi vida de tu vida, llena mi vida de tu Santa Unción.
!Qué Dios te bendiga!
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